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El activista mexicano, Alejandro Cerezo, recibirá el premio alemán de la paz de Aquisgrán 2012.
Este se entrega a proyectos internacionales que pugnan por la libertad «desde abajo». DW ha hablado con el galardonado.
Deustche Welle.- El joven activista, Alejandro Cerezo Contreras, de 30 años de edad, recibirá el Premio de la Paz de Aquisgrán 2012. El estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México fundó junto con sus dos hermanos, Héctor y Antonio, la organización de derechos humanos «Comité Cerezo» en el 2001 después de haber sido arrestados sin motivo como presos políticos.
Para Cerezo, el premio de la paz representa un importante reconocimiento al trabajo de su organización, que documenta la prisión política y la desaparición forzada en México. «Es el reconocimiento a un colectivo que nació en el 2001, estigmatizado, que mucha gente le cerró las puertas, pero que poco a poco con la solidaridad de otra gente, de otras organizaciones, ha llegado a colocarse como una organización referente en el país», comenta Alejandro Cerezo.
«Sí, es un gran apoyo»
El defensor de derechos humanos, Alejandro Cerezo Contreras, es el galardonado del Premio de la Paz de Aquisgrán 2012
«Sí, es un gran apoyo, un gran factor de legitimación a nuestro trabajo, ante otros actores que han tenido duda sobre nuestro trabajo», añade el activista. Se trata de una legitimación internacional, frente a la misma sociedad alemana. Así, Comité Cerezo espera poder consolidar su labor de defensa de derechos humanos.
Este proyecto nació documentando a los prisioneros políticos, en especial, la violación de los derechos humanos de los mismos hermanos Antonio, Héctor y Alejandro Cerezo, que fueron encarcelados en el 2001, acusados falsamente. Alejandro cuenta que «en ese proceso, nos encontramos con que había más personas que sufrían la prisión política». Aparte de la documentación, el comité cuenta con una escuela para defensores de derechos humanos y ofrece talleres de seguridad. Además, publica la revista «Revuelta», un espacio literario para personas que quieran escribir sobre derechos humanos.
Una maniobra para generar temor
Los hermanos Cerezo fueron arrestados por haber puesto, supuestamente, tres petardos en tres sucursales comerciales en agosto del 2001. «Prácticamente fuimos chivos expiatorios, no fuimos los únicos detenidos, otras dos personas más que no conocíamos, que nunca habíamos visto, fue una decisión política, una forma de estigmatizar a la juventud,» afirma el galardonado. En el año de 1999 apenas había tenido lugar la huelga más grande en la Universidad UNAM en México. Por eso, el activista ve su detención como parte de una maniobra para generar temor entre los estudiantes.
Las condiciones en los penales de alta seguridad en México son inhumanas, prima el aislamiento: 23 horas de encierro, media hora de salida al patio, visitas de media hora cada ocho días. Alejandro documenta el uso de la tortura psicológica como dormir con focos prendidos, el uso de camisas de fuerza o desnudar a los prisioneros cada vez que eran sacados de la celda. Muchas veces, también las visitas eran objeto de revisiones ilegales. A parte de los suicidios, las muertes en los penales se daban generalmente por la falta de atención médica – y todo en una prisión con la última tecnología.
«Vale la pena luchar por la dignidad»
«No es una guerra contra el narcotráfico, sino una en contra de la sociedad civil», afirma Cerezo
El 19 de octubre del 2001 fue asesinada la abogada, Digna Ochoa, que, entre otros, representó el caso de los hermanos Cerezo. En sus diez años de existencia, el Comité Cerezo ha recibido más de 12 amenazas de muerte y ha sufrido persecuciones. Pero esta organización no se ha dejado intimidar, motivada por «la búsqueda de la justicia, que la dignidad es algo por lo que vale la pena luchar y que en algún momento haya mejores condiciones de vida, donde los seres humanos podamos preocuparnos por nuestras relaciones humanas más allá de la miseria inmediata y los horrores que nos pueda infundir el estado mexicano», comenta Alejandro.
La organización Cerezo ha logrado mostrar una parte de la realidad mexicana en materia de derechos humanos, documentando 326 agresiones a defensores entre el 2008 y el 2011. Para el galardonado, la actual guerra en su país, no es una guerra contra el narcotráfico, sino una en contra de la sociedad civil. Además, el Comité Cerezo logró posicionar una ley para defender el trabajo de periodistas y defensores de derechos humanos, que acaba de ser aprobada en la Cámara de Diputados. México, es el primer país con una ley de este tipo. La organización hizo la labor de asesoría técnica y conocimiento especializado. Otro éxito, por supuesto, ha sido conseguir la libertad de los tres hermanos Cerezo.
Una competencia reñida
Comité Cerezo compitió por el premio contra otros 24 proyectos, comenta Dieter Spoo, portavoz de prensa del Premio de la Paz de Aquisgrán, en entrevista con DW. Según Spoo, la decisión no fue fácil, después de ocho largas horas de discusión, finalmente, la directiva optó por el proyecto del activista mexicano y la asociación «Boderline Europa – Derechos Humanos sin Fronteras».
En particular, la iniciativa ciudadana del premio de paz de Aquisgrán valora el trabajo bidimensional del Comité Cerezo. Por un lado, los activistas realizan un trabajo social, y por el otro, también tienen un enfoque intelectual. Esta manera de trabajar, tanto activa como intelectualmente, fue decisiva para otorgar el premio, afirma el portavoz de prensa. Además, el proyecto de los hermanos Cerezo fue electo para advertir al público de las condiciones que prevalecen en las prisiones mexicanas, una situación todavía poca conocida a nivel mundial.
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