Zafarrancho entre vendedores ambulantes y policías en el Zócalo de la Ciudad de México
Por Lucy Rivera
Frente a Palacio Nacional y el Palacio de Gobierno de la ciudad, alrededor de las 15:30, hora local, se desarrolló un zafarrancho entre vendedores callejeros y policías. Cientos de personas presenciaron el espectáculo en que más de 20 policías participaron como testigos de los pleitos sin intervenir y permitiendo los amenazaran los vendedores callejeros. Los vendedores usaban radios para comunicarse con los demás para pedir refuerzos y quizá linchar a los policías que se comportaron como público espectador sin voluntad alguna de imponer el orden en el área. Al llamado llegaron, entre otros, dos personajes fornidos y extremadamente agresivos que empujaron al público y lanzaron golpes y amenazas a la policía, incluyendo oficiales, sin que éstos hicieran nada para imponer el orden.
Los vendedores callejeros han sido fuertemente criticados por los comerciantes establecidos del centro de la ciudad porque, según dicen «no pagan impuestos ni renta y han provocado el desplome del comercio regular», otra de las razones por las que han sido criticados es por «promover mercancías chinas y promover la piratería, además de convertirse en una amenaza a la población civil por su gran fuerza y por la impunidad con la que operan.»
Durante años se ha rechazado la participación de la policía federal en la vigilancia de la ciudad, pero las redes de intereses económicos, corrupción y mafias en la Ciudad de México, la falta de salarios buenos y respaldo legal a la policía la ha convertido en una institución casi inútil, sin respeto, autoridad y sumida en la pobreza. Cierto que ha habido abusos de la policía pero también es cierto que no los respalda el gobierno con buenos salarios, seguros y protección contra la propia delincuencia.
El asunto es preocupante: Si el gobierno del Distrito Federal es incompetente para mantener el orden en la capital del país, a quién habrá que recurrir? ¿La policía federal? ¿El ejército? ¿La OTAN…? Sería grave que se permita el desarrollo de mafias en la ciudad y que el gobierno no ejerciera su función de garantizar el orden y la seguridad de la población civil. Eso sería abrir las puertas para alterar la soberanía política de la ciudad.
El tipo robusto de blanco que levanta la mano y el de rojo a la izquierda fueron señalados por el público como protagonistas del zafarrancho y sin embargo gozaron de total impunidad, ya que no hubo arrestos, ni siquiera investigación de los hechos