Perú :
¿INDULTO A FUJIMORI O AMNISTÍA A ANTUARO, GUZMAN Y POLAY?
Por: Hugo van Oordt H.
A raíz de las recientes elecciones generales en el Perú, una inquietante pregunta parece flotar en el ambiente: ¿se trama entre bambalinas sacar de la cárcel a Alberto Fujimori?
Para tomar este rumor con la mayor seriedad tendríamos que precisar quién es este personaje y que implicancias tendría para este país una medida de esta naturaleza.
Alberto Fujimori es el principal responsable de una década de la dictadura más corrupta y asesina que haya tenido este país sudamericano en toda su historia.
La compra de personajes públicos (senadores, diputados, empresarios, figuras de la farándula y hasta deportistas) por parte del asesor Vladimiro Montesinos (ex militar expulsado del Ejército por labores de espionaje a favor de Estados Unidos de Norteamérica), el asesinato de presos políticos en las cárceles (moda instaurada por el presidente saliente Alan García durante su primer gobierno), así como la conculcación de derechos laborales y libertades democráticas en contra de la población en general.
La clara parcialidad de Alan García, su alianza con los sectores más retardatarios de la derecha peruana para apoyar escandalosamente a la primogénita del dictador durante la campaña por la segunda vuelta electoral, la violación del principio de neutralidad y la altanería como aquella de: “Yo no puedo elegir a mi sucesor, pero si puedo impedir que alguno de los candidatos llegue ser presidente”. Nos muestra nítidamente sus intenciones que para nadie es secreto obedecían a salvaguardar su figura y encubrir sus robos y sus corruptelas.
Se cumplió la segunda vuelta electoral en Perú y el triunfo por más de cuatro puntos porcentuales del candidato “nacionalista” Ollanta Humala frente a la heredera de la corrupción fujimorista, Keiko Fujimori, nos obligan a hacer una reflexión.
El Perú va a empezar una nueva etapa. Se espera que a partir del 28 de julio Gana Perú ponga en marcha los cambios y mejoras prometidos. No hay a la vista una revolución social. Por eso mismo sería grave que la oposición de extrema derecha ataque el programa de reformas moderadas que Humala promueve. Sería la forma más sencilla para empujar a las mayorías empobrecidas a posiciones radicales. Aunque no debemos confiarnos en absoluto, la derecha peruana al igual que cualquier derecha latinoamericana es tan obtusa y bruta, que está dispuesta a cavar su propia tumba.
Keiko Fujimori y sus adictos lanzaron ataques vitriólicos contra lo que llamaban incoherencia programática de Humala. Era paradójico que ese reproche fuera formulado por quien en realidad no tiene programa alguno, salvo el del continuismo. Tan cierto es eso que tuvo que plagiar puntos clave del programa social de Humala, como el impuesto a las sobre ganancias y el aumento del salario mínimo.
No bien concluida la segunda vuelta electoral, el ex dictador tuvo que abandonar su cárcel dorada para ser trasladado al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, a causa de cierto agravamiento de un cáncer bucal que padece. Fotografías mostradas por la prensa nos mostraban a un Fujimori notablemente afectado, con varios kilogramos menos de peso, hecho que fue aprovechado por esta prensa proclive a Keiko, para comenzar a hablar de un indulto humanitario a favor del asesino hoy justamente encarcelado. También tuvo que meter su boca la Iglesia Católica por medio de su vocero el cardenal Juan Luis Cipriani, (personaje que pareciera extraído de las páginas más negras del Santo Oficio), que se prestara a introducir micros ocultos y otros aditamentos de espionaje a la Embajada de Japón en momentos en que los guerrilleros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) tenían en su poder dicho recinto diplomático. Esta labor de espionaje de Cipriani, posibilitó la implementación del operativo fujimorista Chavín de Huantar, que culminara con el asesinato impune de Nestor Cerpa y los demás guerrilleros emerretistas.
Hasta el presidente electo Ollanta Humala, tuvo que tocar el tema durante su viaje a varios países sudamericanos y opinar que nadie merece morir encarcelado
Luego que periodistas independientes denunciaran el hecho y trajeran a colación las opiniones de Keiko durante la campaña de que su padre estaba muy bien de salud, se calmaron un tanto las aguas, que ahora en la persona de otro aprista retoma la posta dejada por García para insistir en el hecho.
El Presidente del Congreso César Zuameta sostuvo que el presidente Alan García o su sucesor Ollanta Humala deben evaluar un indulto a Alberto Fujimori por razones humanitarias si su salud empeora o se vuelve un caso extremo, pese a que un informe médico señala que el Cáncer del preso no es terminal.
Todos hablan de un indulto humanitario —insiste Zumaeta— el propio Ollanta Humala y los miembros del nacionalismo han hablado de eso; yo creo que si se da un caso extremo en la salud de Fujimotri, de hecho el país entero va a respaldar un indulto ya sea en este gobierno o en el que viene, insistió.
Pero habría que remitirse a la opinión pública y al sentir de la gente que en un encuesta propiciada por Ipsos Apoyo, sólo el 28% de los encuestados respaldarían una medida de esta naturaleza en contra de la gran mayoría de encuestados que opinan que Fujimori debe seguir preso.
Ante este renacimiento de la posibilidad de libertad para Fujimori, su socio y cómplice en la toma de la Embajada de Japón Juan Luis Cipriani vuelve al ataque y repite casi textualmente la argumentación del aprista Presidente del Congreso.
El ex ministro de Justicia Víctor García Toma, considera que el pedido del cardenal Juan Luís Cipriani , no es para ser tomado en cuenta desde el punto de vista del derecho: “Esta propuesta tiene una lógica política y ese es un indulto político, en el que se evalúa esto de que vamos a reconciliar el país, vamos a deponer rencores. Hay un tema para mí de impunidad que no debe soslayarse, pero esa no es la lógica”.
En el Perú hay dos tipos de indulto: el indulto político que en el caso de Fujimori está descartado y que además moralmente sería inadmisible ya que sería prácticamente como prohijar la impunidad y el indulto humanitario que debe ser solicitado por el propio interesado a los funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y que este se acompañe con los informes médicos respectivos en que se certifique que el estado de salud es realmente grave. No vaya a pasar como en el caso del dueño de un Canal de televisión, encarcelado por corrupto, (justamente relacionado con el fujimontesinismo), que saliera bajo esta modalidad, dándose inmediatamente a la fuga. Sólo en estas circunstancias el INPE podrá elevar el pedido al Presidente de la República.
El informe suscrito por el Instituto de Neoplásicas, no tiene este carácter y surgió por la presión que ejerció la prensa que buscaba pescar a río revuelto.
“Ese informe de Neoplásicas aún no tiene el carácter oficial porque el que elabora el expediente es el Inpe; seguramente por tratarse de un tema neoplásico volverá a solicitar la información, pero lo que habría que pedirle al Inpe el mayor rigor, la mayor seriedad en la elaboración del expediente”, anotó el ex ministro en el programa “No hay Derecho” de Ideeleradio.
En el Perú, hasta antes del primer gobierno de Alan García existía la tradición de que todo gobierno entrante, otorgaba una amplia amnistía política general que beneficiara a los opositores del régimen saliente, es de mencionar varias amnistías mediante las cuales fueron beneficiados viejos militantes apristas y comunistas, inclusive aquellos que habían participado en acciones armadas y hasta en delitos comunes conexos a actividades políticas, como secuestros y expropiaciones bancarias.
Algunas voces plantean un nuevo comienzo más profundo en el sentido de que si quieren pacificar y reconciliar al Perú, para dar inicio a este nuevo gobierno de cambio y perspectivas democráticas, se liberen a todos los presos políticos del país, incluidos, Antauro Humala, Abimael Guzmán y Víctor Polay.