Cuba: Fidel Castro opina sobre el discurso del Presidente Barack Obama

El Estado de la Unión

(El líder de la Revolución Cubana aborda en esta Reflexión el mensaje
sobre el Estado de la Unión emitido por Obama la noche del día 25: una
intervención que, afirma, merece un análisis político y ético ya que
Estados Unidos es una superpotencia de la cual depende el destino de
la humanidad)

Se esperaba con interés el discurso del Presidente sobre el tema,
después de sus palabras el 12 de enero en la Universidad de Tucson,
Arizona, sobre la matanza que había tenido lugar en aquella ciudad
cuatro días antes. Seis personas murieron y 14 fueron heridas, entre
ellas, la joven congresista demócrata Gabrielle Giffords, electa por
tercera vez al Congreso de Estados Unidos, la cual se oponía a la Ley
antiinmigrante de aquel Estado,  que fue parte del territorio
arrebatado a México en la injusta guerra de 1848.

El Tea Party, la derecha fascista del Partido Republicano, había
obtenido un notable éxito entre los electores que se toman la molestia
de ejercer el derecho a votar en las elecciones de ese país.

La población de Arizona, como la del resto de Estados Unidos,
reaccionó con indignación. Su conducta fue sin duda correcta, y así lo expresé.

Nunca he dudado de los factores éticos que suelen ser características
de los pueblos, con independencia de la política de los gobiernos.

Si aquel discurso de Obama fue omiso, en cuanto a la increíble muestra
de primitivismo que refleja el uso generalizado y prácticamente
irrestricto de mortíferas armas de fuego, el mensaje sobre el Estado
de la Unión merece un análisis político y ético, ya que Estados Unidos
es una superpotencia de la que, con independencia del Presidente y el
Congreso, depende, entre otros importantes factores, el destino de la
especie humana.

Ningún país aislado tiene ni puede tener respuesta a los problemas que
hoy enfrenta el mundo.

Obama, en primer lugar, está envuelto en un proceso electoral. Tiene
que hablar para los demócratas y los republicanos, los que votan y los
que no votan, los multimillonarios y los pordioseros, los protestantes
y los católicos, los cristianos y los musulmanes, los creyentes y los
no creyentes, los negros y los blancos, los que apoyan y los que no
apoyan las investigaciones con células madres, los homosexuales y los
heterosexuales, cada ciudadano y su opuesto; para terminar clamando
que todos son norteamericanos, como si el 95,5%, es decir, el resto de
los 6 900 millones de habitantes del planeta, no existieran.

En las primeras páginas de su intervención de una hora, entró en
materia afirmando:

“En este momento lo que está en juego no es quién ganará las próximas
elecciones [...] Lo que está en juego es si se originan nuevos empleos
e industrias [...] si podemos mantener el liderazgo que hizo de
Estados Unidos no sólo un punto en el mapa, sino la luz en el mundo.

“Estamos listos para el progreso. [...] la bolsa se ha recuperado con
fervor. Las ganancias de las corporaciones son más altas. La economía
está volviendo a crecer.”

Inmediatamente después de estas palabras nos trata de conmover con un
pasaje que pareciera extraído de un conocido filme norteamericano, que
la gente de mi generación recuerda: “Lo que el viento se llevó”,
relacionado con la terrible guerra civil entre el norte industrial y
el sur esclavista y agrario en los años del hombre excepcional que fue
Abraham Lincoln.

“Ese mundo ha cambiado. Y para muchos, el cambio ha sido doloroso -nos
dijo Obama- Lo he visto en las ventanas tapiadas de fábricas otrora
prósperas y las vitrinas vacías de calles principales antes
concurridas. Lo he oído en la frustración de estadounidenses que han
visto la disminución de sus cheques de pago o la desaparición de sus
empleos; hombres y mujeres orgullosos de su trabajo que piensan que
les cambiaron las reglas a medio partido.”

“Las siderúrgicas que alguna vez necesitaban 1,000 trabajadores ahora
pueden hacer el mismo trabajo con 100.”

“Mientras tanto, países como China e India se dieron cuenta de que con
algunos cambios propios, podían competir en este nuevo mundo. [...]
Hace poco, China se convirtió en la sede de la mayor planta privada de
investigación solar del mundo y la más rápida computadora del mundo.”

“…pero Estados Unidos aún tiene la mayor y más próspera economía del mundo.”

“Sabemos lo que se requiere para competir por los empleos y las
industrias de nuestros tiempos. Necesitamos innovar más, educar mejor
y construir más que el resto del mundo. Debemos hacer de Estados
Unidos el mejor lugar del mundo para hacer negocios. [...] Y esta
noche me gustaría hablar sobre cómo llegar allí.”

Obama no habla nunca de las grandes empresas monopólicas que hoy
controlan y saquean los recursos del planeta. No menciona jamás el
acuerdo de Bretton Woods, el sistema impuesto a un mundo arruinado por
la guerra, en el que Estados Unidos asumió el control de las
instituciones financieras y del Fondo Monetario Internacional, donde
mantiene férreamente el poder de veto. Jamás dice una palabra de la
colosal estafa de Nixon en 1971, cuando suspendió unilateralmente la
conversión del dólar en oro, imprimió billetes norteamericanos sin
límite alguno y adquirió incontables bienes y riquezas en el mundo,
que pagó fundamentalmente con papeles, cuyo valor en 40 años se redujo
al 2,5% del que entonces tenía.

Obama gusta de relatar, en cambio, historias líricas sobre pequeños
empresarios que supuestamente deslumbran, embelesan y conmueven a los
oyentes que no estén advertidos de la realidad. Su oratoria, su estilo
y su tono parecen diseñados para escuchar, como niños disciplinados,
sus conmovedores cuentos.

“Robert y Gary Allen son hermanos que tienen una pequeña compañía de
techado en Michigan. Después del 11 de septiembre, ofrecieron a sus
mejores obreros para ayudar a reparar el Pentágono. Pero la recesión
los afectó mucho, y su fábrica estaba operando a la mitad de su
capacidad. Hoy en día, con ayuda de un préstamo del gobierno, ese
espacio se está usando para fabricar tejas fotovoltaicas que se están
vendiendo en todo el país. En palabras de Robert, ‘Nos reinventamos’.

“Estamos lanzando un desafío. Estamos diciéndoles a los científicos e
ingenieros de Estados Unidos que si constituyen equipos con los
mejores cerebros en su campo, si se concentran en los problemas más
difíciles de energía limpia, financiaremos los proyectos Apolo de nuestra era.”

De inmediato nos deja sin respiración:

“En el California Institute of Technology, están desarrollando una
manera de convertir energía solar y agua en combustible para nuestros
vehículos.”

¡Se salvó el planeta! O, al menos, no morirá por exceso de CO2 o por
falta de energía. Me trae a la memoria una historia de hace más de 40
años, cuando un grupo emprendedor de jóvenes científicos me hablaron
con gran entusiasmo de esa misma idea a partir de principios teóricos,
y en mi ciega fe científica traté de buscarles todo lo que
solicitaban, incluida la instalación aislada donde se pasaron años con
tal ánimo que hasta les estalló un motor que por poco mata a un grupo
de ellos, y a pesar de eso continuaron la tarea.

No niego nada, y menos a un súper instituto de California pero, por
favor, señor Presidente, informe al mundo sobre esa posibilidad para
que otros muchos científicos trabajen en esa misma dirección. No es
cuestión de ganancias, la humanidad estará dispuesta a pagarle todo lo
que sus científicos quieran, y estoy casi seguro de que hasta Michael
Moore aplaudiría que le concedieran a usted 10 premios Nobel.

De inmediato, y tras otro alentador comentario sobre Oak Ridge
National Laboratory, y supercomputadoras para que las instalaciones
nucleares produzcan más energía, el Presidente nos asegura: “Con más
investigación e incentivos, podemos acabar con nuestra dependencia del
petróleo, con biocombustibles, y convertirnos en el primer país en
tener un millón de vehículos eléctricos en marcha para el 2015. (Aplausos.)”

Imperturbable, el Presidente prosigue:

“Pónganse a pensar. En los próximos diez años casi la mitad de todos
los nuevos empleos requerirán educación superior, no solo estudios
secundarios. Sin embargo, hasta un cuarto de nuestros estudiantes ni
siquiera están terminando la secundaria. La calidad de nuestra
enseñanza de matemáticas y ciencias es inferior a la de muchos otros
países. Estados Unidos ha pasado a ser el noveno en términos de la
proporción de jóvenes con un grado universitario. Entonces la pregunta
es si nosotros, como ciudadanos y como padres, estamos dispuestos a
hacer lo necesario para darle a cada niño la oportunidad de tener éxito.”

“…lograremos la meta que tracé hace dos años: que para fines de esta
década, Estados Unidos tenga la más alta proporción de graduados
universitarios en el mundo. (Aplausos.)”

“Otros vienen del extranjero a estudiar en nuestras instituciones
superiores y universidades. Pero apenas obtienen su título, los
enviamos de regreso a su país para que compitan contra nosotros. No
tiene ningún sentido.”

Por supuesto que este robo insólito y confeso de cerebros, que a
nuestro amigo Obama ni siquiera le interesa disimular, debemos
excusárselo en consideración a su pasión por la ciencia y la sana competencia.

“El tercer paso para ganarnos el futuro es reconstruir Estados Unidos.
Para atraer nuevas empresas a nuestras costas, necesitamos las vías
más rápidas para transportar gente, productos e información, desde
trenes de alta velocidad hasta Internet de alta velocidad.

“Nuestra infraestructura solía ser la mejor, pero ya no somos los
primeros. Las viviendas de Corea del Sur ahora tienen mejor acceso al
Internet que las nuestras. Rusia y países en Europa invierten más en
sus carreteras y ferrocarriles que nosotros. China construye trenes
más rápidos y aeropuertos más nuevos.”

“…en los dos últimos años hemos empezado a reconstruir para el siglo
XXI un proyecto que ha generado miles de empleos bien remunerados en
el muy afectado sector de la construcción. Y esta noche, les propongo
redoblar esos esfuerzos.”

“En los próximos 25 años, nuestra meta es darles a 80% de los
estadounidenses, acceso a trenes de alta velocidad.”

“En los próximos cinco años, haremos posible que las empresas hagan
llegar la siguiente generación de tecnología inalámbrica de alta
velocidad a 98% de los estadounidenses. [...] Significa que desde una
comunidad rural en Iowa o Alabama, los trabajadores y pequeños
empresarios podrán vender sus productos en todo el mundo.”

“…harán que Estados Unidos sea un lugar mejor para hacer negocios y
generar empleo.”

“…un ejército de cabilderos ha hecho que el código tributario
favorezca a ciertas compañías e industrias.”

“…nos hemos puesto la meta de aumentar al doble nuestras exportaciones
para el 2014, porque cuanto más exportemos, más empleos creamos en el
país. [...] Recientemente firmamos acuerdos con India y China que
respaldarán más de 250,000 empleos aquí en Estados Unidos.”

“…dejé en claro que [...] sólo suscribiría pactos que beneficiaran a
los trabajadores estadounidenses y promovieran empleos en Estados
Unidos. [...] es lo que pretendo hacer al procurar acuerdos con Panamá
y Colombia…”

Algunas de las cosas que narra Obama dan una idea de los dramáticos
sufrimientos que en pleno siglo XXI tienen que soportar los más pobres
en su propio país. Por ejemplo, nos cuenta:

“No estoy dispuesto a decirle a James Howard, paciente de Texas con
cáncer al cerebro, que es posible que no se cubra su tratamiento.”

“Vivimos con un legado de gasto en déficit que se inició hace casi una
década. Y tras la crisis financiera, algo de eso fue necesario para
continuar el flujo de crédito, preservar empleos y poner dinero en el
bolsillo de la gente.”

“…esta noche estoy proponiendo que a partir de este año congelemos el
gasto nacional anual durante los próximos cinco años.”

“El secretario de Defensa también ha aceptado recortar decenas de
miles de millones de dólares en gastos de los que él y sus generales
consideran pueden prescindir.”

“Y si realmente nos importa nuestro déficit, simplemente no podemos
darnos el lujo de una extensión permanente de recortes tributarios
para el 2% más acaudalado de los estadounidenses. Antes de quitarles
dinero a nuestras escuelas o becas a los estudiantes, debemos exigir
que los millonarios renuncien a su recorte tributario.”

“Ya que ustedes merecen saber cuándo sus funcionarios públicos se
reúnen con cabilderos, le pediré al Congreso que haga lo que la Casa
Blanca ya ha hecho: sacar esa información en Internet.”

Pienso que la simple presencia de un ejército de cabilderos laborando
y negociando con los congresistas, constituye un hecho bochornoso para
cualquier país civilizado.

“…el ejemplo moral de Estados Unidos debe brillar siempre para todos
aquellos que anhelan la libertad, y la justicia y dignidad”, nos dice
el señor Obama, y acto seguido pasa a otro tema.

“Consideren Irak, de donde casi 100,000 de nuestros valientes hombres
y mujeres han salido con la frente en alto.”

¡Misión cumplida!, recordé.

“Gracias a la aprobación por republicanos y demócratas del Nuevo
Tratado START, -continúa Obama- se emplazarán mucho menos armas y
lanzadores nucleares.”

“Debido a un esfuerzo diplomático para insistir en que Irán cumpla con
sus obligaciones, el gobierno de Irán ahora enfrenta sanciones más
duras, sanciones más estrictas que nunca antes. Y en la Península de
Corea, respaldamos a nuestro aliado Corea del Sur e insistimos en que
Corea del Norte cumpla con su compromiso de abandonar las armas nucleares.”

El Presidente, como se puede observar, no menciona una sola palabra
del asesinato selectivo de científicos iraníes realizado por los
órganos de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados, que él conoce
perfectamente bien.

En cambio, nos amplía la información:

“Estas son apenas algunas de las formas en las que estamos forjando un
mundo que favorece la paz y prosperidad. Con nuestros aliados en
Europa, revitalizamos la OTAN y aumentamos nuestra cooperación en
todo, desde antiterrorismo hasta defensa antimisiles.”

Por supuesto que nuestro ilustre amigo no dice una palabra sobre la
urgente necesidad de impedir que el calentamiento global prosiga su
incremento acelerado, ni de las lluvias catastróficas y las nevadas
que acaban de golpear al mundo, ni de la crisis alimentaria que en
estos momentos amenaza a 80 países del Tercer Mundo, ni por supuesto
de las decenas de millones de toneladas de maíz y soya que las grandes
empresas de Estados Unidos están consagrando a la producción de
biocombustible, mientras la población mundial, que ya alcanza los 6
900 millones de habitantes, ascenderá a 7 000 millones dentro de 18 meses.

“En marzo -continúa Obama- viajaré a Brasil, Chile y El Salvador para
forjar nuevas alianzas en todo el continente americano.”

En Brasil, desde luego, podrá apreciar los estragos y los muertos y
desaparecidos causados por las lluvias sin precedentes que acaban de
tener lugar en Río de Janeiro y Sao Paulo. Será sin duda ocasión
propicia para autocriticar el hecho de que Estados Unidos se negó a
suscribir el acuerdo de Kyoto, e impulsó, ya bajo su propio gobierno,
la política suicida de Copenhague.

En Chile, la política ahora se complica. Es de suponer que alguien
debe rendir tributo a Salvador Allende, y los miles de chilenos
asesinados por la tiranía de Pinochet, que Estados Unidos impuso a
Chile. A ello se añade lo que más adelante explico. Otra situación
embarazosa debe producirse en El Salvador, donde las armas
suministradas por Estados Unidos y las fuerzas entrenadas y educadas
en las escuelas militares de contrainsurgencia de Estados Unidos,
torturaron y cometieron horribles crímenes contra los combatientes del
FMLN, cuyo partido obtuvo el voto electoral de la  mayoría en fecha reciente.

Apenas es posible creer lo que se lee a continuación, cuando el
Presidente afirma:

“Alrededor del mundo, estamos apoyando a quienes asumen
responsabilidad, ayudando a agricultores a cultivar más alimentos;
apoyando a médicos para que cuiden a los enfermos…”. Muchas personas
conocen lo que Estados Unidos hizo con nuestros médicos en Venezuela y
otros países de América Latina, fraguando planes para promover
deserciones y ofreciéndoles visas y dinero en Estados Unidos para que
abandonaran su dura y abnegada tarea. Nadie ignora tampoco los
acuerdos de libre comercio y los enormes subsidios a los productos
agrícolas de Estados Unidos para arruinar a los productores de
cereales y granos en América Latina. Con esas prácticas arruinaron la
producción de maíz y otros cereales en México, haciéndolo dependiente
de la agricultura norteamericana.

En naciones tan pobres como Haití, que casi se autoabastecía de arroz,
las transnacionales arruinaron la producción a base de excedentes
subsidiados e impidieron que el país se abasteciera de ese renglón y
ofreciera creciente empleo a miles de trabajadores haitianos. Ahora
resulta que, según el discurso de Obama, Estados Unidos es el campeón
olímpico de la asistencia médica y de la honradez administrativa en el
mundo. Estos temas son extensos y difíciles de recoger en una sola Reflexión.

Queremos recordar que los países industrializados, son los principales
saqueadores de los médicos e investigadores científicos de los países
del Tercer Mundo. El presupuesto militar de Estados Unidos supera el
de todos los demás países juntos; sus exportaciones de armas duplican
o triplican a las de los demás estados; sus arsenales nucleares
desplegados suman más de 5 000 armas estratégicas; sus bases militares
en el exterior superan las 500; sus portaaviones nucleares y flotas
navales dominan todos los mares del planeta. ¿Acaso el sueño americano
“puede ser modelo para el mundo”? ¿A quién pretende engañar el
Presidente de Estados Unidos con ese discurso?

En las páginas finales de su delirante mensaje exclamó:

“Es por ese sueño que me paro ante ustedes esta noche. Es por ese
sueño que un muchacho de la clase obrera de Scranton puede sentarse
detrás de mí. Es por ese sueño que alguien que comenzó barriendo el
piso del bar de su padre en Cincinnati puede ser presidente de la
Cámara de Representantes en el más grandioso país del mundo.”

“Y ese sueño es el caso de un pequeño empresario llamado Brandon Fisher.”

“Brandon comenzó una empresa en Berlin, Pensilvania que se especializa
en un nuevo tipo de tecnología de perforación. Y un día el verano
pasado, vio la noticia de que al otro lado del mundo, 33 hombres
estaban atrapados en una mina de Chile y nadie sabía cómo salvarlos.

“Pero Brandon pensó que su compañía podía ayudar. Y entonces, formuló
un rescate que llegaría a conocerse como el Plan B. Sus empleados
trabajaron día y noche para fabricar el equipo necesario de
perforación. Y Brandon partió para Chile.

“Junto con otros, comenzó a perforar en el suelo un hoyo de 2,000
pies, trabajando tres o cuatro horas - tres o cuatro días a la vez sin
dormir. Treinta y siete días más tarde, el Plan B tuvo éxito, y se
rescató a los mineros. (Aplausos.) Pero debido a que no quería toda
esa atención, Brandon no estuvo allí cuando los mineros salieron a la
superficie. Ya había regresado a casa, a trabajar en su próximo proyecto.

“Y más adelante uno de sus empleados dijo sobre el rescate, ‘Probamos
que Center Rock es una empresa pequeña pero hacemos grandes cosas’.
(Aplausos.)”

Obama habló la noche del 25 para el 26. Hoy, 27 de enero, la agencia
de noticias norteamericana AP comunicó a la prensa mundial lo siguiente:

“El jefe de los rescatistas que recuperaron con vida a los 33 mineros
atrapados durante 69 días en el fondo de una mina en Chile corrigió al
presidente Barack Obama sobre el rol de un estadounidense en el rescate.

“‘Creer que fueron ellos únicamente los partícipes del éxito creo que
es demasiado. No me parece correcto’, dijo al matutino El Mercurio el
ingeniero -chileno- Jorge Sougarret, quien dirigió las tareas de
rescate de los mineros en octubre.”

“Obama señaló que -Brandon Fisher- ‘…vio una noticia que provenía del
otro lado del mundo, 33 hombres estaban atrapados en una mina chilena
y nadie sabía cómo podrían salvarlos’.

“…Fisher ‘eligió un proyecto de rescate, conocido como Plan B. Sus
empleados trabajaron contra el reloj para fabricar el equipo necesario
para el rescate. Treinta y siete días después el Plan B tuvo éxito y
los mineros fueron rescatados’.

“Sougarret precisó que Fisher no diseñó el plan de rescate, uno de los
tres que se usaron para sacar a la superficie a los mineros, sino que
su empresa aportó los martillos usados por las perforadoras. Y que le
pagaron 100.000 dólares por los martillos.

“‘Lo que ellos hicieron fue poner a disposición nuestra una técnica,
como hubo otras más. No fue la exclusiva. Por eso se llamó Plan B. Y
el Plan A y C siguieron funcionando. Por lo tanto no es una operación
exclusiva lo que ellos hicieron. Sin duda que su equipo completo tuvo
participación que permitió finalmente que llegáramos al éxito’, apuntó
Sougarret.

“El jefe de los rescatistas, gerente de uno de los cinco grandes
yacimientos estatales de cobre, dijo que el equipo técnico integrado
por la estatal Codelco y dos grandes mineras privadas resolvió la
ejecución del Plan B que culminó con éxito el 13 de octubre con el
rescate a través de una sonda introducida por la perforación.”

Después de exaltar la proeza de la pequeña empresa Center Rock,
independientemente de los méritos personales y la capacidad que pueda
tener el joven Brandon Fisher, Obama, en su desmedida apología que lo
llevó a no mencionar siquiera el esfuerzo de los rescatistas chilenos
que llevaban semanas laborando arduamente para salvar los mineros
atrapados, culminó su encendida perorata:

“La idea de Estados Unidos perdura. Nuestro destino sigue siendo lo
que decidamos que sea. Y esta noche, más de dos siglos más tarde, es
gracias a nuestra gente que nuestro futuro está lleno de esperanza,
nuestra travesía continúa y el estado de nuestra nación es sólido.

“Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de
Norteamérica. (Aplausos.)”

Es difícil que Dios pueda bendecir tanta mentira.

Fidel Castro Ruz
Enero 27 de 2011
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