Discurso del Canciller cubano ante la ONU
(El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla,
declaró que no ha habido cambio alguno en la aplicación del bloqueo
económico, comercial y financiero contra Cuba)
Discurso del ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez
Parrilla en la Asamblea General de Naciones Unidas, bajo el tema
«Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba (Nueva York, 28
de octubre del 2009)».
Señor Presidente, señores Representantes Permanentes y Delegados:
Alexis García Iribar nació en Cuba, en la provincia de Guantánamo, con
una cardiopatía congénita. Ya con 6 años de edad, después de sucesivos
aplazamientos y ante complicaciones, tuvo que ser operado el 9 de
marzo del 2009, a corazón abierto, porque el gobierno de los Estados
Unidos prohíbe a las compañías norteamericanas NUMED, AGA y Boston
Scientific vender a Cuba los dispositivos Amplatzer y Embolization
Coil para el cateterismo pediátrico que sustituye la cirugía. Podría
citar otros 12 casos, en edades entre 5 meses y 13 años, todos
atendidos con similar proceder en el último año y medio, de ellos 2
posteriores al pasado 20 de enero.
Los niños cubanos que padecen de leucemia linfoblástica y rechazan los
medicamentos habituales no pueden ser tratados con el producto
norteamericano “Elspar”, creado precisamente para casos de
intolerancia. Como consecuencia, su expectativa de vida se reduce y
aumentan sus sufrimientos. El gobierno norteamericano prohíbe a la
compañía Merck and Co. suministrarlo a Cuba.
No se ha podido adquirir un Equipo Analizador de Genes, imprescindible
para el estudio del origen del cáncer de mama, de colon y de próstata,
que produce Applied Biosystem (ABI).
Lactalis USA, suministrador de lácteos, fue multada con 20 mil dólares
por el gobierno norteamericano.
Desde la elección del Presidente Obama, no ha habido cambio alguno en
la aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero contra
Cuba. Permanece intacto.
Continúa siendo una política absurda que provoca carencias y
sufrimientos. Es una violación masiva, flagrante y sistemática de los
derechos humanos. En la Convención de Ginebra de 1948, aparece
tipificado como un acto de genocidio. Es éticamente inaceptable.
El bloqueo es un acto soberbio e inculto. Recientemente, el gobierno
norteamericano impidió que la Orquesta Filarmónica de Nueva York se
presentara en Cuba. Los artistas cubanos no pueden recibir
remuneración por sus presentaciones ante el público norteamericano.
¿Cómo la creación artística puede ser considerada un crimen?
Microsoft bloqueó el acceso de Windows Live a Cuba porque, según se
lee al abrir la herramienta, así es “para los usuarios de los países
sometidos a embargo de los Estados Unidos”. Igual ocurre con las
páginas Web “Cisco System”, “SolidWorks” y “Symantec”.
El bloqueo restringe el ancho de banda y la conectividad de Cuba. Se
prohíbe nuestra conexión a cables marítimos de fibra óptica que pasan
junto a nuestras costas.
¿Por qué el gobierno de los Estados Unidos impide el libre flujo de la
información y el acceso a las nuevas tecnologías?
Pero estas prohibiciones, inhumanas e impropias de esta época, se
aplican no solo a Cuba, sino también a los países que Ustedes representan.
Philips Medical incumplió el suministro de piezas de repuesto
contratado para equipos médicos comprados por valor de 72,7 millones
de dólares, instalados en Cuba y Venezuela. Fue, además, multada con
doscientos mil dólares. Es una compañía de Países Bajos a la que el
gobierno estadounidense aplica, extraterritorialmente, el bloqueo.
Hitachi declara que no puede vender a Cuba un Microscopio de
Transmisión Electrónica, indispensable en estudios de anatomía
patológica, y Toshiba refiere lo mismo acerca de una Cámara Gamma,
equipos de Resonancia Magnética y de Ultrasonido de Alta Precisión.
Estas son compañías japonesas a las que Estados Unidos aplica también
el bloqueo.
A Sensient Flavors, del sector alimentario, el gobierno norteamericano
le prohibió exportar a Cuba, aunque es una subsidiaria registrada y
radicada en Canadá.
Siemens, compañía alemana, rehusó vendernos un transformador de 125
MVA, según dijo, debido a “su obligación de seguir algunas reglas de
los Estados Unidos”. Una filial suya radicada en Dinamarca, no pudo
suministrar equipamiento para una fábrica de cemento en Cuba bajo
prohibición norteamericana.
Al Australia & New Zealand Bank Group (ANZ), con sede en Australia, se
le aplicó una multa millonaria por realizar operaciones con Cuba.
A 1941 buques que atracaron en Cuba, entre julio del 2008 y del 2009,
se les prohibió entrar a puertos norteamericanos durante ciento ochenta días.
En el Informe del Secretario General de las Naciones Unidas, que
incluye el presentado por Cuba, hay otros muchos ejemplos.
Los representantes de Estados Unidos mienten cuando afirman que el
bloqueo es un asunto bilateral. La aplicación extraterritorial de las
leyes del bloqueo, como la “Helms-Burton” y la “Torricelli”, contra
los Estados aquí representados, es una grave violación del Derecho
Internacional, de la Carta de las Naciones Unidas, de la libertad de
comercio y de navegación. En el último período, se han aplicado
medidas del bloqueo, al menos, contra 56 países. Corresponde, pues, a
la Asamblea General ocuparse de este asunto.
El 76% de los norteamericanos, según recientes encuestas de
instituciones de este país, se opone al bloqueo. Ignorar la voluntad
de cambio y mantenerlo es antidemocrático.
En época de desempleo y crisis económica, los empresarios
estadounidenses tienen vedado el mercado cubano. Se les prohíbe
invertir en Cuba. Las compañías del mundo no tienen competencia
norteamericana en Cuba porque el gobierno de Estados Unidos lo prohíbe.
¿Qué tendría de malo que los norteamericanos puedan acceder a los
productos cubanos? ¿A quién dañaría que se abran nuevos puestos de
trabajos en los puertos norteamericanos como resultado del desarrollo
de relaciones comerciales normales entre ambos países? ¿Por qué los
norteamericanos no pueden acceder a medicamentos cubanos de última
generación para el cáncer o la diabetes y a tecnologías para
producirlos solo disponibles en Cuba?¿Por qué la empresa Bacardí, que
pagó el lobby que impuso la Ley Helms-Burton, evade la competencia y
obliga a los norteamericanos a comprar, más cara, una mala imitación
de ron cubano? ¿Por qué un habano debe ser inalcanzable y exótico en este país?
El Presidente de los Estados Unidos pareció atrapado en el pasado
cuando el 11 de septiembre prorrogó otro año la aplicación del bloqueo
basándose “en el interés nacional de los Estados Unidos” y con
fundamento en la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, aplicable
solo a situaciones de guerra y vigente únicamente para Cuba.
Ninguna persona seria puede sostener que Cuba es una amenaza a la
seguridad nacional de la única superpotencia. Toda nuestra fuerza es
la del derecho, la verdad y la razón. Cese la inclusión de Cuba en la
lista espuria de supuestos Estados patrocinadores del terrorismo, que
es el soporte de algunas medidas de bloqueo, y fírmese ya la libertad
de nuestros Cinco Héroes antiterroristas injustamente encarcelados en
este país.
Cuba abrió sus cielos y aeropuertos el 11 de septiembre de 2001, para
que cualquier avión norteamericano tuviera un lugar donde aterrizar y
ofreció plasma y personal de la salud; luego antibióticos y equipos
contra el ántrax y volvió a realizar una oferta generosa de médicos
cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans.
Cuba es la nación hospitalaria que invita a los norteamericanos a
visitarla, a sus intelectuales, académicos y científicos a la
cooperación y al debate enriquecedor, a sus artistas a tender puentes
y a las compañías norteamericanas a comerciar e invertir.
Señor Presidente:
Todos aplaudimos, hace pocos días, al Presidente Obama cuando dijo en
este podio: “El Derecho Internacional no es una promesa vacía (…)
Ninguna nación puede tratar de dominar otra nación”.
No es ni puede ser aceptable para la comunidad internacional que
quienes gobiernan en Washington se sientan con autoridad para aplicar
medidas económicas coercitivas y leyes extraterritoriales contra
Estados soberanos.
El Presidente Obama tiene la oportunidad histórica de liderar el
cambio de política hacia Cuba y la eliminación del bloqueo. Tiene,
incluso, las facultades ejecutivas que le permitirían, ahora y por sí
mismo, modificar sustancialmente la aplicación de las medidas de
bloqueo mediante “licencias generales”, dispensas o waivers,
excepciones humanitarias o en razón de interés nacional, aun sin que
fueran modificadas las leyes que establecen las prohibiciones.
Quien se duele, y desafía con razón al egoísmo y la insensibilidad de
la derecha conservadora, como ha hecho el Presidente Obama en el
Congreso, porque “…un hombre de Illinois pierda su cobertura (de
seguro) en medio de la quimioterapia… y muera a causa de ello (…) Otra
mujer de Texas quedara sin seguro a punto de sufrir una doble radical
de mama”, no podría, sin faltar a una ética elemental, impedir a los
niños cubanos enfermos de cáncer o del corazón recibir medicamentos y
equipos médicos.
El bloqueo a Cuba es también, usando palabras del senador Edward
Kennedy sobre la reforma de salud, “un asunto moral” que pone a prueba
“el carácter” de los Estados Unidos de América.
Señor Presidente:
Es cierto que Cuba adquiere importantes volúmenes de producciones
agrícolas en los Estados Unidos. Sin embargo, los representantes de
Estados Unidos mienten cuando dicen ese país es un socio comercial de
Cuba y callan que esas operaciones se realizan en violación de las
normas del sistema internacional de comercio, con pagos en efectivo y
por adelantado, sin acceso a créditos privados, bajo prohibición de
transportar las cargas en barcos cubanos, con procedimientos onerosos
y discriminatorios y enfrentando constantes maniobras para embargar
las cargas. No puede llamársele comercio a operaciones que carecen de
la más mínima reciprocidad para que Cuba pueda exportar sus productos
a los Estados Unidos. Un país que bloquea a otro no puede ser un socio
comercial.
Es una vergüenza que los representantes del gobierno de los Estados
Unidos mientan al afirmar que ese país es el principal donante de
ayuda humanitaria a Cuba. Los datos que usan son falsos. Mezclan, en
cifras fantasiosas y malintencionadas, el monto de supuestas licencias
para operaciones que no se producen, con la ayuda que los emigrados
cubanos residentes aquí envían, por su propio esfuerzo, a sus
familias. Los sucesivos gobiernos norteamericanos han perseguido y
hostigado a las Organizaciones No Gubernamentales que envían ayuda
humanitaria a Cuba y, como resultado, la mitad de ellas han dejado de hacerlo.
Ni siquiera hace un año, cuando Cuba fue devastada por tres huracanes
que provocaron pérdidas equivalentes al 20% de nuestro PIB, el
gobierno de Bush respondió a nuestra solicitud de que las compañías
norteamericanas nos vendieran excepcionalmente materiales de
construcción, cubiertas para los techos destrozados, y otorgaran
créditos privados.
Señor Presidente:
Los delegados de los Estados Unidos, en diversas reuniones, han
aludido a los pasos que ha dado su Gobierno para desmontar las más
brutales restricciones que aplicó George W. Bush a los viajes de los
emigrados cubanos y el envío de ayuda a sus familiares, así como al
reinicio de conversaciones bilaterales en materia migratoria y de
correo postal directo.
Estas acciones son positivas pero extremadamente limitadas e
insuficientes. La realidad es que ni siquiera se ha regresado a la
situación que prevaleció hasta principios de 2004, cuando los Estados
Unidos permitían cierto nivel de intercambios académicos, culturales,
científicos, deportivos con contrapartes cubanas, que hoy siguen prohibidos.
Algunas vagas propuestas en el área de las telecomunicaciones son
simplemente inaplicables, mientras no se eliminen otras restricciones
en vigor y no cese la práctica de robar fondos cubanos provenientes de
operaciones en ese terreno, congelados en bancos norteamericanos, en
ejecución de decisiones de jueces venales que violan sus propias leyes.
Al restablecer el derecho de viajar a la isla a los residentes de
origen cubano, resulta más evidente el absurdo de prohibir a los
norteamericanos viajar a Cuba, único lugar vedado para ellos en el
planeta. Los ciudadanos norteamericanos, quienes pagan los impuestos,
no tienen la libertad de viajar a Cuba a pesar de que la Constitución
de este país, supuestamente, la garantiza. Los norteamericanos no
tienen derecho a recibir información de primera mano sobre Cuba.
Los representantes de Estados Unidos han mencionado también un
declarado nuevo espíritu en la relación con nuestro país.
Cuba ha respondido en plena coherencia con su disposición histórica a
conversar directamente con los Estados Unidos. El Presidente Raúl
Castro Ruz, como hizo antes el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ha
reiterado su disposición a dialogar sobre todos los asuntos y a
negociar todos los problemas bilaterales, sobre bases de respeto e
igualdad soberana y sin menoscabo para nuestra independencia y
autodeterminación. Hemos dicho claramente que no negociaremos nuestros
asuntos internos ni nuestro ordenamiento constitucional. Estamos en
espera de respuesta del gobierno de los Estados Unidos acerca de la
propuesta de agenda, presentada por Cuba el pasado mes de julio, para
iniciar un diálogo bilateral, que hice pública el 28 de septiembre en
esta sala.
Señor Presidente:
El bloqueo económico no ha cumplido ni cumplirá el propósito de
doblegar la decisión patriótica del pueblo cubano. Pero genera
carencias, limita nuestras potencialidades de desarrollo y daña
seriamente nuestra economía. Es, sin lugar a dudas, el obstáculo
fundamental para el desarrollo económico del país.
Su costo es muy difícil de calcular. Solo en daños económicos
registrados de manera rigurosa y conservadora, alcanza los cientos de
miles de millones de dólares, al valor actual y decreciente de esa moneda.
Los representantes norteamericanos han dicho que nuestras carencias se
deben al fracaso de nuestro sistema. Mienten, quizás más por
ignorancia que por mala fe. Gracias a nuestro sistema hemos resistido
50 años y nos hemos desarrollado, sobrepasando el bloqueo. Si tienen
la convicción de que nuestro sistema no funciona, ¿para qué necesitan
entonces el bloqueo?
En condiciones de una verdadera guerra económica y una virulenta
manipulación mediática, bajo los efectos del cambio climático y de la
crisis económica global, Cuba construye una obra social y cultural de
hondo humanismo y solidaridad.
Nuestro pueblo se propone seguir adelante, soberanamente, para
resolver nuestros problemas y perfeccionar nuestro modelo político,
económico y social dentro del socialismo. Los cubanos tenemos todo el
derecho de hacerlo sin bloqueos ni presiones foráneas, sin los
millonarios fondos que el gobierno norteamericano paga a la
subversión, sin injerencia externa en las decisiones que solo a
nosotros corresponde tomar.
Ese es el propósito de la resolución que nos proponemos adoptar y que
tengo el honor de presentar. Apoyarlo es un acto contra la agresión y
el uso de la fuerza. Es un acto a favor de la paz, el derecho y la
esperanza. Es un acto de justicia con el heroico pueblo de Cuba que
hoy rinde homenaje a Camilo Cienfuegos, joven y alegre Comandante de
la Sierra Maestra, de quien aprendimos que la lealtad a nuestras
sagradas conquistas y a nuestras convicciones profundas es el único
camino a la victoria.
Muchas gracias.
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