SIN CULTURA NO HAY PAÍS
Propuestas y análisis para una nueva etapa en la cultura nacional
Es necesario definir el concepto de cultura con precisión. Diferenciar con claridad sus componentes de manera de no confundir las partes con el todo, como en el caso de las leyes actuales de cultura del país y de la Ciudad de México que lamentablemente confunden historia, civismo, derechos humanos, legislación y otras cosas con cultura. Esta visión liberal ha desplazado el papel de las bellas artes y la literatura como componente esencial de la cultura, la identidad nacional y la soberanía. En Estados Unidos y en la mente de las legislaturas mexicanas durante las últimas 3 décadas, profundamente desconocedoras del tema, han confundido la identidad de la cultura con el entretenimiento comercial y con una actividad meramente económica y generadora de impuestos y estadísticas. Más aún, en una cultura punitiva, represiva y vertical como la latinoamericana en general y la mexicana en particular, la cultura se ha convertido en un objeto de administración burocrática, explotación fiscal, castigo político, determinación jurídica de sus implicaciones como propiedad privada y derivado de esto en un sujeto de castigos y premios según su desempeño al servicio de una burocracia vitalicia más no al servicio de la sociedad. Falta mucha horizontalidad, análisis, legislación y sabiduría administrativa para convertir nuestra sociedad en una sociedad basada en una cultura de principios, derechos, servicio, respeto e imaginación colectiva que sustenten nuestra identidad y soberanía.
La cultura es el reflejo dialéctico de la economía y la política en el terreno ideológico. Surge de la economía de una sociedad porque esta determina la asociación de las personas para la búsqueda organizada de soluciones a sus problemas alimentarios, de vivienda, salud y seguridad. Los sistemas económicos que han aglutinado a las personas en sociedades determinan los medios disponibles y son el motor de las tecnologías que se usarán para la creación de cultura, para su difusión y preservación. Sin la sociedad no existe la cultura, ésta se desarrolla sobre las bases del lenguaje, los valores sociales, las tecnologías disponibles, los elementos ideológicos que cohesionan a la sociedad tales como sus tradiciones, usos y costumbres, religiones, leyes y acuerdos que mantienen el contrato social o acuerdo tácito que mantiene su cohesión.
Es un reflejo de la política porque ésta es la que administra la economía y a la sociedad para mantener su unidad y supervivencia, establece las reglas y el cumplimiento de las mismas así como las estrategias sociales de supervivencia y desarrollo. Necesariamente esto está basado en los acuerdos sociales y las confrontaciones, en las creencias, en los valores y en los intereses. Esto es la plataforma de ideas, valores, permisos y vetos de las expresiones sociales.
El ámbito de la cultura no es económico principalmente, por ello es un error reducirla a un sector de la economía. Ni tampoco es una expresión política que aspira a gobernar y administrar la sociedad. Pero es el aparato ideológico que soporta la política y que tiene razón de ser cuando las sociedades se reúnen como entidades económicas colectivas.
La cultura es producto ideológico, estético, dinámico y reflexivo de la sociedad y sus contradicciones, de su necesidades para la convivencia, es su lengua, sus reflexiones, sentimientos y elementos de cohesión, es la expresión de sus valores y la reflexión de su identidad junto con la economía es sustento de la soberanía de un pueblo o nación. Es la parte no administrativa que mueve a la política.
Por ese motivo los gobiernos totalitarios o dictatoriales, antidemocráticos u opresivos son grandes enemigos de la libertad en la cultura, toda vez que ahí de manifiestan las contradicciones sociales, la discusión y la reflexión de una sociedad, no sólo en los asuntos económicos y fiscales ni burocráticos, administrativos y regulatorios, sino son el motor de la evolución y y el cambio, la sabiduría acumulada, el disfrute compartido y la evolución de la identidad de una sociedad.
Reducir la cultura como un sector económico productor de dinero, fiscalizable y punible es un acto de barbarie social y de miopía política y esta estrategia limitante no puede ser el fundamento para construir el futuro de la nación mexicana. No entender esto es propiciar un suicidio como nación, porque una nación sin espíritu, valores, cultura, ideología que la cohesiones pierde su razón de ser y las elementos que la hacer existir.
Una sociedad que aspire a una economía exitosa que ampare a todas las clases sociales y sectores productivos, cuya economía sea exitosa, productiva y justa y que responda a las necesidades de la sociedad, una política que sirva a la sociedad ampliamente, que la administre con probidad y a su evolución requiere una cultura que refleje la pluralidad, la democracia, la inclusión, el respeto, la crítica, la reflexión, el análisis. Una ideología democrática e inclusiva, un respeto a la reflexión y a la disidencia y valores que impidan el abuso de unos sobre otros. Por este motivo la cultura es esencial para la evolución de una sociedad y para la preservación de su soberanía. Pero debe ser una cultura de éxito, una cultura civilizada e inclusiva, una cultura horizontal y fundamentada en principios, valores, derechos y metas avaladas por la mayoría de la nación.
En el caso concreto de México hay un verticalismo excesivo. Y una oposición que levanta banderas democratizadoras pero que se involucra en las mismas o peores corrupciones. En algún momento se dio por hecho en México que la política es el mejor medio para robar, enriquecer y que es válido sacar ventajas personales a costa de los demás, sin escrúpulos. Y esto es parte del veneno cultural que ha debilitado el tejido social, que ha ocasionado graves daños a la coexistencia social, que ha impedido el avance como nación y que pone en peligro nuestra existencia misma como país. Seguramente como herencia del colonialismo español y por herencia no superada nuestro gobierno manda y castiga, pero no obedece, no sirve y no guía con principios, ética y responsabilidasd. Decide y aplasta oposiciones en lugar de servir, consultar, coincidir y acordar. Al igual que los caciques y los virreyes asume que su poder es absoluto y, a lo sumo, concede la gracia de informar lo que quiere, cuando quiere y con quién quiere. A pesar de la aparición de leyes sobre la transparencia, derecho a la información y otros derechos relacionados, seguimos sin poder acceder a la información importante. Esto es parte de una cultura post colonial, donde los republicanos heredaron el uso de un poder absoluto representado por la presidencia y de un instrumento de justicia representado por la Procuraduría General de Justicia, contrapartes de el Virrey y la Santa Inquisición. El ejemplo del Siervo de la Nación, José María Morelos debe rescatarse. Hoy mismo las instituciones culturales oficiales como la SEP, CONACULTA y el INBA y la propia Secretaría de Desarrollo Social tienen obviamente su contraparte en la antigua iglesia porque difunden derechos bajo un enfoque ajeno, como un colonialismo interno, pero no se fortalece la propia cultura y sí se emula las culturas de otros. En esta dinámica que ha pretendido obligar a nuestros pueblos originarios a comportarse en pensamiento, derecho y economía, como pueblos europeos o estados norteamericanos, impidiendo su evolución natural, omitiendo la reconiciación nacional pendiente por 500 años, omitiendo el verdadero mestizaje equitativo y detrás de todop esto quitándoles las tierras y los medios de comunicación, etc. Penetran en las comunidades de los pueblos originarios, difunden e imponen la cultura de la colonia o del gobierno federal en turno a los pueblos originarios. Dividen con derechos individuales a comunidades que terminan perdiendo sus derechos colectivos, su identidad, su soberanía y su existencia para convertirse en siervos cuando corren con suerte o en desocupados y delincuentes cuando no. Este es un problema de cultura, de lucha ideológica, de política colonial y de depredación económica y no de crecimiento económico y social conjunto. No es el problema de un gobierno o de un político en particular, es un problema de formación, evolución y construcción de una cultura nacional. Y esto se refleja en las leyes, en la actitud del público, en los políticos, en los administradores y en el deterioro del tejido social y en el futuro que nos espera de no emntender el problema y corregir el rumbo.
Por ello, en su momento era vital para España enviar a sus misioneros con las avanzadas militares para dividir a los pueblos por colonizar, remplazar sus valores, sus creencias y tradiciones y, remplazando su cultura, ya podrían operar políticamente a los pueblos asimilados. Por este motivo la preservación de la cultura de nuestros pueblos era esencial para su existencia y la totalidad de su soberanía. Y para el reino de España colonial era esencial reemplazar lengua, religión, costumbres, leyes y gobernantes. Este papel evangelizador y fragmentador de la cohesión social lo han hecho hoy en día las leyes de educación y desarrollo social. Al igual que en el pasado cuando la monarquía española daba órdenes a sus virreyes y el Papa controlaba junto con los gobiernos a las autoridades religiosas hoy día opera de modo parecido a las Naciones Unidas, apoyados por su famosa Declaración Universal de los Derechos Humanos que por una parte ha sido promotora de libertades y derechos y por otra han sido una poderosa herramienta de desculturización que ha fragmentado y destruido muchas tradiciones culturales milenarias en todo el mundo.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, tiene sin duda alguna elementos valiosos y de gran provecho para las personas. Pero está lejos de ser perfecta. De hecho fue construida principalmente por las naciones capitalistas más poderosas, practicantes tradicionales del colonialismo y con una tradición intervencionista como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Portugal, Italia, Holanda, etc. Fue hecha para consolidar los derechos capitalistas y el concepto europeo centrista, el individualismo y para proteger a los judíos. Sin duda el pueblo hermano judío tiene el total derecho de ser respetado, como todos los pueblos. Pero esto no significa que esta declaración tenga el mismo sentido en las culturas Inuit, bosquimanas, mesoamericanas o japonesas. Sobre todo en las culturas donde el derecho y la responsabilidad y propiedad colectivas eran el camino a seguir, y no el derecho del individuo, la responsabilidad comprada por dinero y la propiedad privada. En este sentido la difusión de los derechos humanos individualistras en las comunidades mesoamericanas, por ejemplo, puede promover la división de la familia en una cultura que la ve como una unidad, no como dos individuos. Una contradicción más hay entre el tequío o trabajo colectivo voluntario de la comunidad contra el trabajo remunerado por el interés personal del pago y/o por responsabilidad colectiva de la comunidad, el otro punto es la contradicción entre la propiedad colectiva de las tierras y la difusión del derecho de la propiedad privada, aparejado a las leyes nacionales que no reconocen a cabalidad las formas de propiedad de la tierra ni a los gobiernos tradicionales.
Por ello no sólo se trata de administrar, sino también de educarnos y legislar. Pero principalmente de repensar, entender, visualizar la cultura que necesita nuestro país y donde todos coincidamos en la convergencia no en la confrontación. Esto, sin embargo, no será posible sin un sustento democrático que posibilite leyes adecuadas pero se requieren legisladores plurales y capaces de entender realmente la naturaleza del problema. Y se requiere la inclusión de los creadores y actores culturales toda vez que no basta sólo con los educadores, difusores y administradores de la cultura que no significan nada sin la creación cultural, los derechos culturales y la profesionalización digna de los creadores de cultura.
Propuesta: Establecer en nbuestras leyes el concepto de cultura mexicana como indivisible de la identidad y la soberanía nacional.
Propuesta: Garantizar la participación y el diálogo democrático entre todos los actores culturales provenientes de los diferentes pueblos originarios, clases sociales y económicas con el objetivo de poder construir una cultura nacional inclusiva, integradora, aceptada y defendida por todos y todas.
Propuesta: Construir una cultura basada en los valores y principios del país, no sólo de los gobernantes, administradores y partidos políticos, toda vez que cada vez más ha sido mayor la distancia entre la sociedad y las clases gobernantes.
Propuesta: Rescatar y promover la integridad y futuro de las culturas de nuestros pueblos originarios y sus lenguas, buscar los puntos de unidad y convergencia entre los distintos méxicos.
Propuesta: La literatura y el arte deben tener un lugar preponderante porque son la cima de la cultura porque son la cúspide de la reflexión social, muy de cerca con la pintura social y el cine.
Propuesta: Reconstruir las empresas editoriales mexicanas y dar alternativas de trabajo a escrtitores y editores.
Propuesta: Dar trabajo, foro y opciones de vida digna a los escritores, pintores, y artistas mexicanos. No sólo a los que participan en las artes representativas que hoy prácticamente monopolizan los ingresos del sector. Mientras que los escritores y pintores han sido desplazados al desintegrarse la industria editorial y cultural mexicana. Igualmente el gobierno federal y de Ciudad de México han incumplido las leyes que sustentan la inclusión del arte en el gasto público, en los edificios públicos y en las construcciones de carácter social o habitacional. Y tampoco han respetado el porcentae que debieran aplicar a este propósito.
Propuesta: Transparentar los premios y concursos que son otorgados de manera discrecional, sin reglas de operación, sin transparencia ni responsabilidad. Es preciso tener reglas de operación y garantizar que los estímulos no sean coptados por grupúsculos que se benefician perpetuamente. Ni manipulados por burogracias culturales en perjuicio de los creadores y el público.
Propuesta: Que Conaculta apoye a los creadores que tengan propuestas de valor pero que tengan recursos limitados ya que en la actualidad apoyan a creadores con muy amplios recursos económicos, los cuales no requieren el apoyo del estado y dejan de apoyar a creadores que sí requieren recursos para crear y difundir su obra.
Propuesta: Proteger los sitios culturales de los pueblos originarios como la Isla de San Blas en Nayarit e impedir sean vendidas a empresas extranjeras toda vez que son centros milenarios de la cultura de nuestros antepasados y debe impedirse que mediante la fuerza, la impunidad política, la corrupción o mediante pseudo concertaciones amañadas que tienen por objeto desmantelar los sitios insignia de las culturas ancestrales y pueblos originarios mexicanos. Este tipo de acciones son una forma de genocidio cultural que generalmente terminan en la más absoluta impunidad. Debe impedirse este tipo de acciones anticulturales en contra de nuestros pueblos originarios y la naión mexicana.
Propuesta: centrar el desarrollo de la cultura en lograr una mayor creación cultural, y en una mayor difusión y en generar la profesionalización de los creadores culturales a través de salarios, empleos, financiamiento para empresas culturales, contratos con el gobierno y consolidación de la creación cultural así como desarrollar el mercado cultural en México para consumo interno y para exportación.
Propuesta: Establecer normas para que Conaculta beneficie a los creadores jóvenes pero también y muy especialmente a los mayores de edad que después de haber contribuido por años hoy queden encontrarse sin trabajo y sin opciones dado que el área cultural ha perdido la mayoría de los trabajos profesionales que antes disfrutaba. Muchos artistas destacados hoy viven en condiciones económicamente muy pobres ya que el gobiernomonopolizó los espacios culturales y luego dejó de dar trabajos de cultura, creando en el arte y la cultura un gran sector de desempleados. Aunado a la casi destrucción total de la industria editorial mexicana y incluso cinemtográfica, en México se distribuyen libros del extranjero y películas del mismo orígen, tanto en los cines y librerías como en la televisión y esto ha destruido la cohesión cultural en México, ha dañado la lengua y ha dejado sin empleo a miles de creadores y artistas mexicanos, librerías, editoriales, cineastas, etc. Hay que legislar para corregir esto y administrar de una manera distinta.
Propuesta: que se respeten los acuerdos internacionales signados por México en materia de derechos de los pueblos originarios a mantener su cultura y prácticas médicas tradicionales, como en Inglaterra y Alemania, dando el mismo carácter de igualdad de derechos a la cultura médica de nuestros médicos tradicionales que a la cultura médica oficial. En la actualidad los médicos tradicionales dependen de la aprobación de la medicina institucional hecho que de facto niega su derecho y su condición de iguales. Esto está en contra de los acuerdos internacionales signados por México y es un golpe más a la cultura milenaria de nuestro país. La cultura médica no debe ser objeto de discriminación, ya que se es médico en México si es aprobado por la Secretaría de Salud y si no se es yerbero o charlatán, pero no se valida la aprobación de los pueblos originarios para designar sus propiosmédicos que vienen de una larga tradición y otra cultura. La medicina tradicional es medicina y el arte de los pueblos originarios es arte y no artesanía. Por tanto los médicos tradicionales deben tener derecho a dar consulta en consultorios y los artistas de los pueblos originarios deben tener el derecho de llamarse arte y exhibir en museos y no sólo vender en las calles.
Propuesta: Dejar de cobrar en los espacios culturales de gobierno como si fueran iniciativa privada. Y si cobran que renuncien al financiamiento proveniente de impuestos y del presupuesto público. Toda vez que es improcedente que sean financiados por nuestros impuestos y se exija al público pagar como si fueran iniciativa privada caso que es es más incongruente toda vez que generalmente no se paga nada o se paga indebidamente poco a los artistas.
Propuesta: reglamentar eluso de lso espacios públicos de carácter cultural. Los gobiernos de la Ciudad de México y lso estados hacen uso de los espacios culturales de la nación y nuestras ciudades pero los recursos obtenivos no van a las secretarías de cultura ni al sector cultural. El usufructo de la renta de espacios públicos debe ir integramente al sector cultural para su promoción y desarrollo.
Propuesta: Los institutos culturales del gobierno deben emular a la Secretaría de Economía en su extinto programa de FONAES en el sentido de usar su presupuesto 90-80 % para apoyos directos a la promoción y fomento cultural o sea para los creadores y la difusión de su obra y no para auto emplearse y autopagarse ya que muchos gobiernos destinan en sus instituciones culturales mucho menos del 1 por ciento como fue el caso de la Secretaría de Cultura en Ciudad de México que recibía un presupuesto aproximado de 300 a 600 millones y daba en un momento sólo 300 mil pesos de apoyo a creadores, suma que subió después a 3 millones y que además daba equipos a los creadores y retenía las facturas o les exigía devolverlos. Los apoyos deben ser en firme y no aparentes o simulados y no principalmente para beneficio de una burocracia cultural, sino para los creadores y para la difusión de sus creaciones al servicio de la ciudadanía.
Propuesta: el gobierno debe publicar a nuestros escritores, adquirir obra de arte visual, poner murales en los edificios de gobierno, generar puntos de venta de arte y productos culturales, promover la exportación de la cultura mexicana, dar talleres de creación y promover conferencias de los creadores de cultura en todo el país que sean remunerados adecuadamente.
Propuesta: Debe haber seguros de desempleo y de salud a artistas que legítimamente acrediten su trabajo ya que en la actualidad no hay programas específicos que protejan al sector.
Propuesta. Prohibir que en plazas públicas, y espacios del gobierno se utilice la obra de creadores culturales sin un pago remunerado digno.
Propuesta: Las bibliotecas y centros educativos deben adquirir un porcentaje de los libros, videos, obras musicales producidas en el país con el objeto de estimular la producción, garantizar la autosustentabilidad y el registro de la producción cultural nacional.
Propuesta: los grandes artesanos de nuestros pueblos originarios deben ser becados para que puedan difundir y promover sus conocimientos. En Japón, por ejemplo, se les da el nombramiento de Tesoros Nacionales y se garantiza que su conocimiento tenga difusión, reconocimuiento y se propague a las futuras generaciones.
Propuesta: Los libros de texto deben ser renovados en cuanto a contenidos culturales, manteniendo a los grandes valores de nuestra cultura pero adicionando el trabajo de los nuevos creadores y las nuevas obras, principalmente aquellas que fortalezcan la identidad nacional y la preservación y evolución de nuestras culturas.
Propuesta: Construir una base de datos con la biografía y obra de escritores, pintores y artistas mexicanos que esté a disponibilidad del público, estudiantes, maestros, investigadores y público interesado. Esta base de datos podría estar en la Biblioteca Nacional e Internet.
Propuesta: CONACULTA e INBA deben dejar de ser instituciones de exclusión y distanciamiento con la ciudadanía, sino deben ser instituciones inclusivas, abiertas en los hechos, útiles en el servicio a la cultura y el arte nacional, importantes recursos para los creadores y no cotos inaccesibles de poder y de prebendas que apoyan una y otra vez a los mismos beneficiarios y grupos culturales sin un impacto real en la cultura del país.
Propuesta: mayorers facilidades de registro, estímulos fiscales y coordinación con las asociaciones de la sociedad civil ya que en la actualidad existe una sobreregulación.
Propuesta: Deslindar los proyectos culturales-lucrativos de las empresas lucrativas-lucrativas , microempresas y pymes. Si bien pueden coincidir en su desempeño como actividades económicas, las actividades culturales van más allá de lo económico y tienen un componente esencial de reflexión e identidad nacional.
Propuesta: Dar estatus de asunto de prioridad y seguridad nacional a la preservación de las culturas y lenguas de los pueblos originarios y de la cultura nacional. Sin cultura no hay país.
Propuesta: Trabajar con las organizaciones culturales y con las organizaciones de la sociedad civil para elaborar nuevas leyes y crear consejos consultivos reales, que generen interacción y discusión. Hasta ahora los consejos han sido muchs veces simulados y en ellos se pretende mostrar participación de la sociedad civil cuando en realidad son elegidos por el poder ejecutivo y son consejos a modo no representativos de la sociedad y los secfores culturales.
Propuesta: En Japón una asociación civil cuesta menos de un peso y se registra en minutos. En China primero obtiene crédito y liego se registra. En Canbadá tarda una hora el registro y cuesta 1500 pesos. En México conlleva meses de trámites, pagos de más de 5 mil pesos a notarios, registros de alta seguridad en las instituciones fiscales y se les obliga a presentar una gran cantidad de reportes fisclaes, legales, de desempeño, etc. mientras que en otros países más avanzados se declara sólo lo necesario y sólo una vez por año. La sobreregulación, la inmensa cantidad de trámites parácticamente insalvables, la cultura punitiva que establece multas infinitas y desmesuradas son elementos que atentan contra la libertad de asociación y la posibilidad de construir empresas y sociedades culturales. Se requiere establecer una nueva normatividad para empresas y sociedades culturales más moderna y amigable y que promueva y no inhiba la participación.
Propuesta; Eximir del pago del ISR a las organizaciones culturales de creadores y a las organizaciones sociales que han sido denominadas donatarias autorizadas.
Propuesta: Eliminar las dificultades que presenta el SAT al registro de las organizaciones culturales como donatarias, disminuir la discrecionalidad en los procesos de otorgamiento y reducir los prolongados tiempos de trámites y apelaciones.
Propuesta: Inclusión de las propuestas de los creadores y las organizaciones de creadores, así como las OSC’s en el diseño de la agenda cultural nacional y de los estados, así como integración de representantes de las organizaciones civiles en los consejos nacional y estatales de la cultura y las artes y en las comisiones de cultura de los congresos nacionales y estatales.
Propuesta: Promover en los niños los valores y principios que fortalezan el futuro de la nación y garanticen el éxito en el tejido social.
Propuesta: Reglamentar las prohibición de juegos de computadora, películas y programas de televisión que eduquen en la violencia, el egoísmo, la intolerancia y el abuso. No es posible construir una cultura sana frente a la difusión ilimitada de libros de otras culturas y la casi nula producción y difusión de libros y películas mexicanas y tampoco se podrá avanzar mientras los contenidos de estas emisiones sean de violencia, educando a la juventud en las modalidades del crimen e incluso en los métodos usados para perpetrarlos. Esta gran difusión de cultura de la violencia, narcotráfico, drogas, egoísmo, es parte de la cusa de la debacle cultural que vive el país, la violencia y la dificultad de convergencia social.
Propuesta: Realizar las consultas al Plan de Desarrollo de manera anual, no solamente al inicio de sexenio, adaptándose a las condiciones cambiantes del país y a los resultados obtenidos con las estrategias iniciales.
José Tlatelpas, escritor
Grupo Cultural Maiz Rebelde
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Juan Ruiz González
Fundación Subete AC
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Braulio Muñoz Hernández
Movimiento Indígena de Nayarit
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Dr. Jorge López Salgado
Proyecto Japsun Salud Integral
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