Venezolanos colonizados que actúan como soldados del imperio
Por Alfredo Oliva
De Estados Unidos nos viene la música, moda, franquicias, el arte, la subcultura urbana, los estereotipos del enemigo que se ha de odiar, la marca a consumir, hasta la democracia que debemos tener.
Históricamente el cine y la televisión yanqui nos han enseñado a odiar al “enemigo”: indios, negros, comunistas, vietnamitas, islamistas, árabes, musulmanes, el “narcoterrorismo” -que justifica bases militares en Latinoamérica- y desde el 11 Septiembre de 2001, al “terrorismo internacional”.
Mi generación con las películas y series del oeste “americano” prácticamente nació odiando los pueblos originarios del norte del continente: Apaches, Cherokee, Cheyenne, Comanche, Navajo, Sioux, etc.
Duele decirlo, pero no conocíamos a los pueblos originarios de Nuestra America” y sus luchas
Los capitalistas dueños de las empresas de comunicación en Venezuela (radio, televisión, prensa, circuitos de cines, etc.) hacen acopio de la producción audiovisual colonizadora y nos siembran los valores e ideología del imperialismo.
La ventaja que tiene el imperialismo en nuestro país, es que sus lacayos van creando constelaciones -quintas columnas- de venezolanos que actúan como soldados del imperio.
Hollywood impone “sutilmente” a Estados Unidos como el tipo ideal de sociedad que debemos calcar: el país que lanzó dos bombas atómicas contra Japón, destruyó Irak, el mayor consumidor de drogas y cocaína del mundo y el que ha cometido el mayor número de crímenes de lesa humanidad.
La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, lo entendió y ha creado un polo Industrial y de Producción de Contenidos Audiovisuales –cine y televisión- para transmitir los valores, ideales y cultura Argentina.
La Revolución Bolivariana debe acelerar la producción de contenidos audiovisuales del imaginario socialista: grandes y pequeños contenidos, de contrastes, afirmación y reconocimiento de la identidad nacional; de cambios y rupturas, en fin, un proceso de descolonización cultural y mental.
Un proceso de descolonización cultural y mental, que desmonte sin privilegios todo el andamiaje de dominación tangible e intangible.
En ese sentido he propuesto que el Estado regule, controle, produzca, adquiera y provea todos los contenidos de la TV en Venezuela (abierta, satélite, cable, etc.) en el horario correspondiente entre las 06 de la tarde y 10 de la noche.
Nuestra humilde propuesta dirige sus baterías a impactar lo mas profundamente (que sea objetivamente posible) a la televisión, el cine, que junto a la familia y la escuela nos “inoculan” desde temprana edad toda la carga cultural, ideológica, simbólica de sumisión ante la hegemonía y dominación capitalista.
Y en el contexto de las iniciativas regionales de integración, de las luchas internacionales por la mulltipolaridad, igualdad y horizontalidad de las relaciones y ante el proceso de globalización, no podemos olvidar que: hay países que globalizan -globalizadores- y países globalizados y en esa lucha dialéctica, los países del ALBA-TCP y UNASUR deben concertar un proceso de descolonización cultural crear su propio imaginario, es una cuestión de sobrevivencia.
oliva2021@gmail.com
¡El Socialismo se gana o se pierde en la cabeza de los Pueblos”