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Óptica Ciudadana
PETROLEO
Por José Luís Hernández Jiménez
Avisotv.- De vez en cuando, antes, ocurrían apagones en las grandes ciudades del país; hoy es al revés: de vez en cuando hay luz en las grandes urbes. En uno que otro lugar se encienden fogatas para dar calor en las frías noches. Los asaltos se han vuelto cosa común; en medio de tal oscuridad, nadie identifica a los delincuentes.
La mayoría de las fábricas están paralizadas por la falta de energía eléctrica. Sus maquinarias son movilizadas, en gran medida, gracias a la mano de obra de los trabajadores. Y, en algunos casos, les dan movimiento merced al carbón, como antaño. En otras se ha vuelto a recurrir a los burros y a las mulas.
Millones de vehículos yacen estacionados a lo largo y ancho de las grandes avenidas. Si antes semejaban ríos de automotores, avanzando lentamente, hoy las amplias calzadas y carreteras, semejan gigantescos estacionamientos. Como no hay gasolina ni diesel, millones de automotores están inservibles. Por fin, el culto al automóvil ha concluido.
Los mexicanos finalmente caminan, caminan, caminan. Han empezado a quedar esbeltos pero sucios, pues no solo falta el combustible sino también, el agua. Hoy todos se arrepienten de haber permitido que se quemara el gas mediante miles de “antorchas”, colocadas a lo largo del Golfo de México, durante décadas.
Tampoco hay aeronaves, ni helicópteros, surcando el cielo mexicano. Se agotó su combustible, el que más contaminaba no solo el cielo nacional sino el del mundo entero.
El agua potable escasea. La paralización de las termoeléctricas, también está afectando los sistemas de distribución del vital líquido en todas partes. No funcionan las compañías refresqueras, ni las pequeñas embotelladoras de agua potable. No hay luz.
La economía nacional quedó, prácticamente, paralizada, no solo porque la industria ha dejado de producir; al campo ya no llegan fertilizantes ni tractores. Y los que hay no es posible moverlos si combustible.
El sector servicios deja mucho que desear: como no hay medios de transporte, los víveres se agotan rápidamente. Cada día ocurren más saqueos, de gente que se desespera porque no hay suficientes alimentos.
El servicio telefónico fijo, dejó de funcionar. El celular que llegó a ser una de las extensiones más importantes del cuerpo humano, ya no existe. Ni qué decir del servicio de internet Desde que se dejaron de producir computadoras, por falta de material, que también se armaba con derivados del petróleo, las que existían, se hicieron viejas e inservibles.
La gente viste de hilachos; la falta de hidrocarburos acabó con la industria del vestido; las escuelas dejaron de funcionar; no había lápices ni bolígrafos, ni cuadernos ni libros; En los hospitales no hay medicinas.
Ni una guerra hubiera hecho tanto daño al país como la falta de energía, porque eso fue lo que sucedió, el petróleo se acabó. Y el país no estaba preparado para ello.
México, una de las naciones con mayores yacimientos de petróleo en el mundo, se ha quedado sin él. Muchas voces hubo pidiendo prudencia en el uso de dicho recurso no renovable: que no se vendiera, que se industrializara dentro del país, que se guardara y buscaran otras fuentes de energía, que se acabara con el saqueo y con la corrupción de la cúpula del sindicato petrolero, que Pemex se administrara correcta y eficazmente, que dicha industria se volviera a nacionalizar, que se construyeron petroquímicas, que se pensara en el futuro, que convirtieran al petróleo en el motor del desarrollo de la nación, que…
La clase política mexicana, con su visión de futuro, tan chata, no hizo caso. Se enriqueció con el crudo y lo dilapidó. Y engañó al país.
Alguna vez hasta nos prometieron que nos debíamos “preparar para administrar la abundancia”. Tanto petróleo y tanto gas existían en el subsuelo mexicano que había que venderlo todo y cuanto antes, “como si fueran tomates” (como si el crudo enterrado se echara a perder) a los Estados Unidos.
¡Qué vamos a hacer!
Aquí iba, estimados lectores (as), cuando desperté. ¡Era una pesadilla! Pero…¿y si de veras se nos acaba el petróleo?
Valga la pregunta ahora que acabamos de conmemorar el 74 aniversario de la nacionalización petrolera, ¿va?
Notitas: Una.- Que el texto de arriba es un vil plagio: Me plagié a mi mismo. Tal escrito fue tomado de “Balance del Debate sobre la reforma Energética” (pp. 9 a 15), libro editado por la Cámara de Diputados en 2008. Soy uno de los coautores. Dos.- Que el 28 de marzo, a las 17 horas, se lleva al cabo la Mesa Redonda titulada “¿Cómo acabar con la cultura priísta?”. Será en el Centro de Estudios Superiores en Educación, sito en Benito Juárez 108, col, Albert, cerca de la estación del STC (Metro) Portales, en México DF. Tres.- Que si van a ir, estimados lectores (as) a Guanajuato, a saludar al Papa. Porque yo, como no me han invitado pues…
Email: hernandez.jimenez2010@hotmail.com
México D. F. a 19 de marzo del 2012.