Óptica Ciudadana
NUESTRAS DEUDAS
Por José Luís Hernández Jiménez
Hoy, estimados lectores (as), recordaba que tengo una deuda económica. No es mucho (bueno, en estos casos, “poco” o “mucho” siempre es relativo ¿verdad?), pero es algo de lo que hay que ocuparse. Y es que primero me preocupé mucho; luego me fui al otro extremo y al último acabé tranquilizándome.
Y es que, no están para saberlo ni yo para contarlo, pero deben saber que, salvo excepcionales circunstancias, no acostumbro pedir dinero prestado. Más o menos, casi he logrado sobrevivir en una especie de “sana medianía” o sea, ni mucho ni poco. Ahora empiezo a creer que pocos logran arribar a esta situación. Porque también han de saber que existe un tipo de personas que, literalmente, viven de prestado. Es como su “negocio”: todo mundo los demanda, todo mundo les cobra. Y a nadie pagan. Lo peor para los demás, es que los morosos se acostumbran, pues desarrollan una habilidad excepcional para seguir logrando que otros les sigan prestando.
Pero fíjense que estas situaciones que normalmente no pasan de lo personal, en la realidad actual tienen un nivel más amplio y, creo, preocupante para todos.
Pues he notado que mucha gente que trato, también está endeudada. Es más, en estos meses recientes, hay cada vez más personas que buscan apoyo para lograr cobrar recursos que prestaron a alguien ya que ese alguien, no les paga.
Pero tal situación, al parecer, es un fenómeno social, ya que en los periódicos y en las paredes de las ciudades, aparecen anuncios de un montón de casas de préstamo dizque a bajo interés. Y recuerdo antes, aparte de los bancos, sólo prestaba dejando algo en prenda, el famosísimo Monte de Piedad la, por mucho tiempo, única caja de préstamo, el cual por cierto, casi a diario se encuentra saturado de tantas personas que acuden a pedir prestado. También llama la atención al respecto, que el Monte de Piedad se está quejando últimamente, de que la gente, quizá desesperada, ahora le está llevando como prenda, artículos “pirata”.
También motivo de alarma es el hecho reportado por los bancos de que las famosas tarjetas de crédito, cada vez más usuarios la utilizan para pagar su despensa, es decir, sus alimentos. Y no pagan. O sea, la gente está pidiendo crédito ¿para comer? Así parece.
En esta misma secuencia, aparece otro dato que hace que a algunas personas importantes del país, como banqueros y altos funcionarios del Banco de México, les suden las manos de nerviosismo, pues según la CNBV (Comisión Nacional Bancaria y de Valores) la cartera vencida, es decir, el dinero prestado que no se ha pagado en los plazos convenidos, subió en el año 2011, de 52 mil millones de pesos a ¡72 mil millones!: 8 mil millones deben y no han pagado a tiempo, los Estados y Municipios, 7 mil millones deben empresas y 5 mil millones deben familias.
Y ya encarrerados resulta que le eché un ojo a la deuda de las entidades federativas y resulta que la capital o sea, el DF, es el mas endeudado de todas pues debe 52 mil millones de pesos, lo que significa que la deuda por habitante, de 1997 a la fecha, ha aumentado ¡35 veces! (¡oh dios, oh dios, y a mi que me han dicho que la de México es una Ciudad de Vanguardia!).
Por cierto, hablando de deudas externas, resulta que la de nuestro país se duplicó en lo que va del sexenio de don Felipe Calderón, pues ya debemos al extranjero ¡182 mil millones de dólares! ¡Y se han pagado en el mismo período la enorme cantidad de 55 mil millones de dólares! O sea que, por dicho concepto, ¡cada uno de los 112 millones de mexicanos que somos, ya debemos al extranjero, 21 mil pesos! ¡aiwey!
Para consuelo, debemos informar que Venezuela, que es un país más chico que el nuestro, debe casi lo mismo que nosotros, 170 mil millones de dólares; Brasil, que es una nación un poco más grande, debe 216 mil millones de dólares; Grecia, que es una país mucho mas pequeño que el nuestro debe ¡540 mil millones de dólares!. Con razón está en quiebra. Y EU, el país más poderoso del mundo (aunque, su economía ya es la segunda del mundo, luego de la de China) es el más endeudado con 15 billones 222 mil millones de dólares.
Con toda razón el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) – la reunión de los países más ricos del mundo – que sesiona en estos días, ahora no va a analizar los riesgos del medio ambiente, ni los que tienen que ver con la política del mundo, sino los riesgos socioeconómicos. Y es que las deudas están agobiando al mundo entero.
Viendo tal situación, en lo que a mi respecta, me relajo un poco, no debo tanto pero… pues sí, hay que ocuparnos de nuestras deudas. ¿Cómo la ven desde ahí? ¡Y no los estoy albureando eh!
Notitas: Una.- Que el Movimiento de Transformación Social nos invita a la Mesa Redonda titulada “La Transformación Energética de México”, en la cual participan los distinguidos CC. Omar R. García Arias, Rubén Mares, Leticia Campos y Cuauhtémoc Velazco, de diversas instituciones académicas. Se lleva al cabo el miércoles 25 de enero, a las 17 horas, en el Centro de Estudios Superiores en Educación, ubicado en Benito Juárez 108, ceca de la estación del Metro Portales, en el DF. Dos.- ¿Será cierto que el divorcio entre el PRI y doña Elba Esther Gordillo, significa el fin del ciclo de ella, luego de mas de dos décadas de líder máxima del SNTE? Tres.- ¿Por qué tantos ataques de pro priístas y pro perredistas a doña Isabel Miranda de Wallace, ahora que es aspirante al GDF? ¿Le tienen miedo? Cuatro.- Y dale con la “Constitución Moral” de don Peje. Se me hace que los “intelectuales, investigadores, académicos” a quienes se les encargó elaborar una primera versión y la organización de un “Congreso Social” (sic), se arriesgan a hacer el ridículo. Cinco.- Que nuestros cuates – Jorge Moscoso (recién infartado), Luís Tomás Cervantes Cabeza de Vaca (con los dedos de su pie derecho recién amputados), Jorge Villamil (con la cadera quebrada luego de una caída), Juan Hernández Arias (con su pierna derecha recién amputada) y Fernando Marín (recién operado de una hernia), todos ex pemetistas – se reponen en lo que cabe. Enhorabuena.
Email: hernandez.jimenez2010@hotmail.com
México D. F. a 23 de enero del 2012.