De encuestas y similares: comentario de José Luis Hernández Jiménez, México

DE ENCUESTAS Y SIMILARES
Por José Luís Hernández Jiménez

Avisotv.- Como he estado ansioso de que me entrevisten, pues están de moda las encuestas, cada vez que suena el teléfono corro a contestar a ver si ahora si me toman en cuenta. Pero nada. Lo peor es que no conozco a algún entrevistado.

Hace poco sonó mi gran aparato (me refiero al teléfono eh!, no sean mal pensados) y quién creen que era; nada menos que una representante de un tal Mario Delgado que para saber si yo había sido beneficiado con alguna beca “Prepa Sí” o algo así. Y que le digo a la señorita que ni modo que, en mi caso, su buena intención había llegado muy pero muy tarde. Y mejor ni le dije mi edad.

Recientemente, volvió a timbrar el teléfono de casa; de nuevo, emocionado, corrí a contestar y otra dulce voz, de otra señorita, supongo que igual de guapa que la primera, se escuchó para preguntarme si yo sabía que el Partido Verde Ecologista sí estaba trabajando y no como los otros. Y con la misma amabilidad con la que me preguntó que le contesto que hasta donde yo sabía esa organización ni era Partido ni era verde ni era ecologista, y que mas bien se trataba de un grupo familiar enriquecido merced a prerrogativas públicas, a quien le da por organizar grandes fiestas en departamentos de lujo, como la que ocasionó que una joven cayera del piso 19 de un edificio en Cancún, según noticias recientes y…que se corta la llamada.
El lunes pasado, mi teléfono volvió a sonar; ilusionado, rápido contesté. Era otra señorita. “¿Está el señor tal?”, preguntó. Sonriendo le contesté: “Sí, soy yo”. De inmediato pasó a la ofensiva. Alzando la voz, dijo: “¡Fíjese que lo vamos a demandar pues no ha pagado su tarjeta de Wollmart (¿así se escribe?) y …”. “Péreme tantito, le dije, para empezar yo ni tarjeta tengo ni de esa tienda ni de ninguna otra, es mas no uso ni tarjeta bancaria, así que cheque bien sus datos y adioos”. ¡Pus esta!

Hoy mismo, otra vez sonó el teléfono. Como dicen que están en pleno desarrollo las encuestas del carnal Marcelo y de don Peje para saber quien de ellos encabeza a la Coalición que se dice de izquierda, para los comicios del año que viene, me dije a mi mismo: “Mi mismo, ahora si te van a encuestar”.

No. Ahora quien llamó fue una voz de hombre. Como si estuviera de malas que me dice con un inconfundible tono norteño: “Aquí le va a hablar su hijo”. De inmediato escuché otra voz que me dijo: “Es que voy regresando de EU y en migración no me dejaron pasar con los aparatos que me encargaste y si no les doy una lana pues…”, se interrumpió y, de nuevo, la otra voz, subiendo el volumen dijo: “Pues mire con que me deposite 10 mil pesos y si no lo hace pronto aténgase a la consecuencias y…” Opté por colgar. Sé que ningún familiar anda por los iunaidsteits.
Total que nadie me llama para encuestarme.

Y esta semana se acaba el plazo anunciado por los izquierdozos para saber a quien van a nominar como su candidato a la Presidencia de la República.

Por cierto, ¿Por qué el PRD decidió que de una encuesta, “cuyo resultado será tomado en cuenta por el Consejo Nacional, para decidir”, salga el “humo blanco” para tomar tal decisión? La izquierda anterior al PRD, para tomar tales decisiones siempre optó por respetar escrupulosamente sus propios estatutos. Más aún, todavía en el año 2000, en vísperas de decidir si PAN y PRD se juntaban “para sacar al PRI de Palacio Nacional”, y si el candidato común era Fox o Cárdenas, cada vez que Don Vicente insistía en que el método para decidir quién sería el candidato, era una encuesta, don Cuauhtémoc replicaba que no, que el procedimiento debía ser “democrático, o sea, elecciones directas y abiertas a la ciudadanía”. Al parecer, hoy se han volteado las posiciones. “La derecha”, así le dicen al PAN, opta por elegir directamente entre sus afiliados, a su candidato (a); Y “la izquierda”, así le dicen al PRD y cia, escogió la encuesta como método.

Y se oye medio raro que solo “6 mil serán los encuestados”, cuando el PRD presume tener 4 millones de afiliados. O sea, la inmensa mayoría – o sus delegados o representantes – no serán tomados en cuenta en asunto tan importante. Con ese método no se garantiza que el que gane sea el mejor, sino el más conocido. Además, en este caso, de cualquier manera gana don Peje pues, como él mismo dijo, “de todos modos estaré en las boletas en 2012” (al menos por parte del PT y del Partido Movimiento Ciudadano ex Convergencia, quienes ya lo nombraron como su candidato). Y si de casualidad gana don Marcelo, está difícil que las huestes de aquel, lo apoyen plenamente. Por si las cochinas dudas, este miércoles, Ebrard mandó desalojar violentamente la manifestación de los pilotos del Sindicato de Mexicana de Aviación, porque “estorbaban la vialidad de arterias importantes”, cosa rara pues no hizo lo mismo ni con el SME ni con Antorcha Campesina, quienes duraron mas que horas “estorbando arterias importantes”. A lo mejor lo hizo para no perder votos capitalinos en estos momentos cruciales para él.

Aunque el problema verdadero para el PRD (y para el PAN) es el PRI quien, según estudios recientes de El Universal (7, 8 y 9 de noviembre), si hoy fueran las elecciones, arrasaría con todos.

En fin, y como todo indica que yo no soy de aquellos 6 mil encuestados, pues ya ni me animo y mejor calmo mis ansias de novillero, al cabo no seré encuestado ni tomado en cuenta. Antes podía tener el consuelo de conocer a mi delegado, hoy ni eso. ¿Ustedes, estimados cuatro o cinco lectores (as), conocen a algún encuestado?

Oigan, otra cosa: Invitan a La Ciudad de la Ideas. Se trata de un evento – 10 al 12 de noviembre – grandioso, de carácter internacional, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en donde van a participar 40 ponentes; puro cerebrito de muchos lugares del mundo (Paul Krugman, Oliver Stone, Daniel Tammet, Dennis Hong, Amir Aczel, …) ¿El Tema? “El cerebro humano”. Va a estar bueno. El boleto cuesta 6 mil, aunque a mi, tal vez por ser un anciano decrépito de la cuarta edad, me lo dejan en mil 500, pero ni así me alcanza. Por ahí si van, luego me platican, ¿va?

México D. F. a 9 de noviembre de 2011.