Linchamiento en la Asamblea Legislativa del DF contra la Presidenta de la Comisión de Cultura

Linchamiento en la Asamblea Legislativa del DF contra la Presidenta de la Comisión de Cultura

Por Lucy Rivera

Avisotv.- Una Comisión de Gobierno que se ha caracterizado por el menosprecio y discriminación a la cultura, y que no ha hecho nada por la promoverla sino que ha recortado sus recursos, que ha reducido el presupuesto de la Secretaría de Cultura que dirige Elena Cepeda de León, y que ha recortado y elitizado al máximo la publicación de libros hoy, como estrategia pre electoral, organiza inusitado linchamiento contra la Presidenta de la Comisión de Cultura, encabezada por la Dip. Edith Ruiz Mendicutti, del PRD. Mendicutti es una diputada que, procedente las clases más desprotegidas de la capital, ganó las elecciones por mayoría y se ha caracterizado por defender las culturas y tradiciones de los pueblos originarios, la cultura popular y ha defendido la cultura de los barrios y sus fiestas y organizaciones tradicionales.

Después de una nota sorprendentemente reaccionaria del diario «La Jornada» en la que Raúl Llano escribe el 14 del mes en curso lo siguiente: «Azuzado por personal de la diputada local Edith Ruiz Mendicutti, un grupo de jovencitas que participaban en el segundo Parlamento Infantil tomaron la tribuna de la Asamblea Legislativa y desplegaron pancartas en las que exigían el respeto a los derechos de los niños.»

¿Acaso los niños deben ser amaestrados para no expresar opiniones, no presentar plancartas como lo hiciera también en defensa de los derechos sociales la diputada Carlota Botey (recientemente fallecida) y Adriana Luna Parra hace décadas en Cámara de Diputados Federal? No hay delito en una democracia en que los niños exijan sus derechos y muy mal hace un diario como «La Jornada» en hacer campaña contra niños que defienden sus derechos y pretender manipular la información con datos no sustentados como puede verse en la nota antes mencionada.

El día de hoy, supuestos intelectuales y representantes de Cultura (habría que ver quiénes realmente son y a quién representan en verdad) que no dieron muestras de existir los últimos años en defensa del presupuesto cultural, la democratización del mismo ni le exigieron a la Comisión de Gobierno ni al Gobierno del Distrito Federal, encabezado por Marcelo Ebrard Casubón un mejor rendimiento y atención a la cultura, hoy aparecen ordenados y coordinados con una Comisión de Gobierno que ha sido quizá la que menos ha promovido la Cultura, la que más ha recortado sus recursos y la que más la ha menospreciado. Qué vergüenza.

En resumen, parece un montaje del ala reaccionaria de un PRD que ha olvidado el papel importante que jugó la cultura en buscar un gobierno alternativo, un gobierno mejor, gracias a lo que se logró presencia en la Asamblea Legislativa, sólo para que muchos de los diputados electos olvidaran el compromiso con la cultura para solazarse, quizá, en el disfrute prepotente de sus exagerados privilegios, alejándose cada vez más de el pueblo, de la ciudad y su cultura.

Hay una cercanía de Mendicutti con el grupo parlamentario de la diputada Valentina Batres, simpatizante de Andrés Manuel López Obrador, por lo que posiblemente es una vendetta más contra los grupos políticos afines a Martí Batres, uno de los candidatos a la jefatura de gobierno que sí defiende el papel de la cultura, junto con Laura Velázquez, de IDN.

En fin, La Comisión de Gobierno de los diputados capitalinos debería tal vez hacer más por la cultura en lugar de promover linchamientos anti libertarios, reducir presupuestos, reducir la democracia cultural, bloquear las ediciones… mejor deberían comenzar por cumplir sus compromisos de campaña, apoyar a los creadores que han visto cerradas las puertas de la ALDF para sus publicaciones, iniciativas y proyectos y que todo lo que han encontrado es el abuso, la prepotencia, la manipulación y el desprecio de un conjunto de diputados antipopulares que sirven más a sus abyectos intereses personales que a los intereses de un pueblo que un día los eligió creyendo que serían leales a sus promesas y a su responsabilidad social.