Juventud Rebelde, 26 de junio 2010.-Liborio Noval es de esos pocos fotógrafos de los cuales, a la hora de contar la historia de la imagen cubana y de la Revolución, habrá que poner instantáneas suyas en cada década del siglo XX.
Sentados en su casa, escuchándole historietas de lo bueno y lo divino, escudriñábamos entre sus muy bien cuidados archivos cuando una foto asaltó mi curiosidad. «Es una instantánea del Che que yo no conocía», le dije. Ese fue el primer trabajo voluntario del Che siendo Ministro de Industrias. Fue el 26 de febrero de 1961, en el reparto Martí, me contó este amigo haciendo gala de su muy buena memoria.
Me confirmó que nunca se había publicado y que, precisamente en medio de aquella faena reporteril, fue donde tuvo su encuentro más recordado con el Guerrillero Heroico:
«Yo trabajaba para el periódico Revolución. Ese domingo me mandaron para fotografiar al Che en un trabajo voluntario. Cuando llegué el argentino, como le llamábamos entre nosotros, me preguntó qué hacía allí. Tomar fotos le contesté. Entonces me pidió que colgara la cámara y lo ayudara a llenar las carretillas. Así estuvimos todo el día. Solo me dio diez minutos para hacer mi trabajo. Con el tiempo me prohibió fotografiarlo los domingos. No quería que los “jodedores” lo bonchearan cada mañana de lunes por haber salido en el periódico. Luego me veía en las actividades y me decía: “fotógrafo, el domingo nos vemos en el trabajo voluntario”. Así que tenía que seguir asistiendo. ¡Pero sin cámara!