¿Cuándo, cuándo, cúando? Por Miriam Ruvinskis
No se puede. Inútil regresar a la indiferencia o al aquí no ha pasado nada. Los políticos se limitan a seguir su juego, una palabra aquí y otra allá, se defienden, se señalan, prometen.
Una cosa es cierta. El Golfo de México está en peligro y con él, los estados aledaños, las costas, la pesca, la fauna marina, cientos y miles de especies que con el derrame ocasionado hace más de cincuenta días ha sucumbido, desaparecido, caput, sin más, sin gloria, eliminados del planeta por alimentar la avaricia, el absoluto control de un grupo (en este caso British Petroleum) que parece ser sigue mofándose del planeta, asegurándonos que harán lo que se pueda, indemnizaciones, palabras y más palabras mientras parece no existir una salida. Señres y señoras este drama de perfila hacia el futuro, sin más, presente, en años por venir, sin compasión, todo pudriéndose sin sentido, un oleaje negruzco cubriendo las costas.
Entonces sigamos escarbando, rindiéndonos a quienes siguen actuando bajo la eterna consigna de enriquecerse sin importar nada más.
Quien permanezca indiferente, quien crea que ya pasará, que ya han habido otros derrames, que ni hablar, ya pasó y no queda nada más que hacer se equivocan.
Quienes se hagan oídos sordos y mantengan su ritmo individual de vida, no podrán.
Cada día, cada instante debemos estar conscientes del daño causado, de la falta total de responsabilidad hacia un planeta que sin duda va hacia la extinción si no ponemos los puntos sobre las íes y un hasta aquí, si no frenamos los abusos y a todos aquellos que únicamente piensan en sí mismos.
Solamente unidos, protestando y haciendo valer nuestros derechos podremos tomar acción.
Los políticos siguen su bla-bla-bla, al igual que los rinocerontes de Ionesco, el genio francés que en burla abierta, demostró lo ridículo de nuestra condición humana.