Venezuela camino a ser primera reserva mundial de petróleo
Prensa Latina, Caracas, 21 mar (Miguel Lozano) – Con 211 mil 173 millones de barriles de reservas probadas de petróleo, Venezuela ocupa hoy el segundo lugar mundial y se propone alcanzar este año 316 mil millones para ubicarse como principal reservorio del planeta. El liderazgo venezolano sólo superado en 52 mil 827 millones de barriles por Arabia Saudita fue confirmado durante el mandato del presidente Hugo Chávez, con una política de recuperación de la soberanía petrolera y rescate de la faja petrolera del Orinoco.
El pasado 18 de marzo Venezuela incorporó oficialmente 39 mil 949 millones de barriles, para un incremento de 22,5 por ciento del crudo certificado extraíble con un recobro estimado del 20 por ciento, acorde con la tecnología actual del país suramericano.
La mayor parte de las reservas agregadas se registraron en los bloques Junín, Ayacucho y Boyacá de la Faja del Orinoco, una región de más de 55 mil kilómetros cuadrados cuyo petróleo pesado y extrapesado era considerado bitumen anteriormente.
Más que una denominación técnica, ha denunciado Chávez, la categorización dada permitía su explotación a precio de carbón por las transnacionales y evitaba su incorporación a las reservas nacionales.
Para muchos expertos se trataba de una política premeditada para dejar ese enorme yacimiento de 272 mil millones de barriles como una reserva estratégica, en manos de las empresas transnacionales, para cuando desapareciera el petróleo ligero.
En esos cuantiosos recursos de hidrocarburos las autoridades venezolanas ven, precisamente, la hostilidad de Estados Unidos hacia el actual gobierno, una de cuyas líneas principales fue la recuperación del control de su industria petrolera.
El alcance petrolero venezolano, con todo, apunta a ser mayor a mediano y según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el crudo extraíble puede supera 500 mil millones de barriles con tecnologías (ya existentes) para un recobro del 40 por ciento.
Esa perspectiva está siendo analizada por el gobierno venezolano, que proyecta un inversión de 80 mil millones de dólares en las cuatro áreas de la Faja Petrolífera del Orinoco Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo.
Para su prospección, certificación y ,explotación esas zonas fueron divididas en 27 bloques de 500 kilómetros cuadrados cada una, cuyas perspectivas han atraído más de 30 empresas extranjeras.
Como parte de la política de soberanía petrolera, el país estableció que toda explotación de hidrocarburos se hará mediante Petróleos de Venezuela (PDVSA) o empresas mixta con control operativo del Estado venezolano mediante la empresa estatal.
Con ello se dio fin a la llamada «apertura petrolera», que el parlamento calificó de una privatización encubierta, mediante contratos de servicios en que las firmas extranjeras apenas pagaban uno por ciento de regalías y 34 por ciento de impuestos.
Hoy el estado venezolano posee como mínimo el 60 por ciento de las acciones, tanto en empresas constituidas por asignaciones directas de explotación o por licitaciones.
Como mínimo se exige un factor de recobro de 20 por ciento, para evitar prácticas abusivas como las registradas anteriormente cuando se llegó a registrar un ocho por ciento en aras de la búsqueda de beneficios exagerados.
La regalía se fijó en 33,33 por ciento y se establecieron los impuestos sobre la renta de 50 por ciento, para garantizar que los beneficios del petróleo queden en el país.
Asimismo, las empresas seleccionadas se comprometen a la instalación de mejoradores para permitir el uso de los crudos pesados y extrapesados de la faja.
Las condiciones ha resultado atractivas para grandes y medianas empresas de todo el mundo como la estadounidense Chevron, la española Repsol, la italiana ENI, las rusas Gazprom, Rosneft y Lukoil, la china CNPC, Petrovietnam y otras.
Esta diversidad ha traído otra ventaja, al terminar con la dependencia del mercado, ya que anteriormente el petróleo venezolano era entregado únicamente a Estados Unidos.
La aceptación de las nuevas reglas, sólo rechazadas por Exxon y ConoccoPhillips, y la política de expansión prevé que Venezuela pase en los próximos años de la actual capacidad de producción de tres millones 100 mil barriles por día a cinco millones de barriles diarios.