8 de Marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Por Mario Ramirez Centeno
“…En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su falta de derechos. Pero algunos dicen: ¿por qué está separación de las luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día de la Mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin, una concesión a las feministas y sufraguistas burguesas? Sólo aquellos que no comprendan la diferencia radical entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufraguistas burguesas, pueden pensar de esa manera.
¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos. ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer.
Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar. Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no sólo somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad.
Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo.
Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufraguistas burguesas se han separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus objetivos. Hay también una gran contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su señora… Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres…”
Fragmento de “El Día de la Mujer”, Alejandra Kollontai, teórica feminista marxista.
Hay mucha tinta vacía, letra muerta, en esto del feminismo, y el 8 de marzo sale a relucir el tema de manera recurrente. Se ha usado para miles de cosas como resucitar cadáveres políticos, atacar a líderes socialistas, dividir movimientos sociales y de clase, cubrir de lodo y difamación a personalidades. Hoy por hoy el “feminismo castrador burgués” esta cubierto de mujeres ambiciosas y trepadoras burguesas y pequeñoburguesas, incapaces de hacer el mínimo trabajo por defender a la mujer trabajadora y en búsqueda de puestos, diputaciones, negocios y demás espacios del poder capitalista.
Condoleezza Rice, Asesora en Seguridad Nacional de Estados Unidos en la administración Bush hijo, burguesa afroamericana, compraba zapatos mientras en Nueva Orleans flotaban miles de cadáveres de mujeres y hombres afroamericanos, trabajadores en su mayoría, por no haber programado en la administración de esta burguesa afroamericana, recursos para darle mantenimiento a obras de contención de agua que derivaron en una inundación catastrófica como resultado de la llegada del Huracán Katrina a costas de Estados Unidos. Así piensan estas mujeres burguesas que trepan a puestos y hacen negocios mundiales con la guerra, que ante cualquier provocación atacan al que disiente de ellas con campañas difamatorias entre las que incluyen la promoción del buying, la discriminación y la castración química entre otras medidas, disfrazándose de feministas o de izquierda troskysta, pero eso sí defendiendo a los ejércitos represores y asesinos, en todo momento y saliendo al paso en la defensa de estados derechistas y dictadores capitalistas. ¿Qué extraño no?
Declarado por la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, como el Día Internacional de la Mujer, en el origen fue declarado previamente por la “…Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, quién lo proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés…”
Como se ve, hay mucha falsedad en esto de los movimientos feministas, que en su origen fue una reivindicación de las mujeres socialistas como parte de la lucha de la clase obrera, al recordar el asesinato de 146 obreras en lucha de la fábrica textil Cotton el 8 de marzo de 1908 en Nueva York, Estados Unidos, donde fueron quemadas vivas por protestar por las condiciones laborales. Poco importa para el avance de los pueblos, si Lisistrata cerró las piernas para sabotear a su marido en la Grecia antigua, pues resulta intrascendente para el avance de los trabajadores. Lo trascendente e importante es la situación de los trabajadores en la lucha de clases, esa es la contradicción principal. El fenómeno que hace avanzar a la historia y crea progresos sociales.
Lo que es cierto es que las verdaderas feministas marxistas, mujeres socialistas y trabajadoras reivindican la lucha de estas obreras, que a brazo partido murieron por las causas de los intereses de los trabajadores como clase social y no necesariamente como mujeres en contra de los hombres de facto y como muchas de esas “feministas castradoras” que pretenden que la erección de los hombres es una injusticia de la naturaleza en contra de ellas y ven en toda acción de los hombres un ejercicio del machismo, una violentación psicológica, o difaman y condenan sin juicio a todos los hombres como posibles golpeadores o violadores y no tardan en inventar atentados parapsicológicos o violaciones en sueños para justificar la persecución contra quién no esta de acuerdo con ellas o afecta sus intereses de clase burguesa.
Han sido capaces de retorcer la realidad y caracterizar como niñas a las adolescentes que están ansiosas de que las dejen de catalogar como tales, con el fin de criminalizar aún más, como pedófilas, las relaciones entre adultos que no toleran y las adolescentes, para hacerlas ver aún más perversas, cuando entre las tradiciones de los trabajadores, obreras, campesinas e indígenas de nuestros pueblos, las adolescentes son muchachas casaderas y en las leyes no hay tipificación como delito si hay consentimiento de ambas partes.
Por lo que se ve, el “feminismo castrador” ha sido utilizado históricamente como arma en contra de la organización de los trabajadores, para dividirlos y neutralizarlos a favor de los estados coloniales y burgueses. La dictadura del capital tiene muchas aristas y muchos falsarios y ven en todos los avances de los hombres un atentado contra las mujeres, cuando en realidad es un desarrollo natural de las contradicciones. Así como hay hombres con coeficientes intelectuales bajos o de plano regulares, también hay mujeres así y no hay que ver en una contradicción menor como lo es la contradicción natural hombre-mujer, o en todo avance de un hombre talentoso o genial, un atentado contra las mujeres.