Regular la Autonomía de la UNAM ante el narcotrafico en las escuelas
Dado el creciente aumento en el consumo de las drogas en las escuelas de la UNAM, que se ha extendido a las colonias aledañas a los planteles, es que resulta urgente regular la autonomía de la UNAM para controlar al narco que ha penetrado en la Institución utilizando la autonomía como refugio y defensa en contra de la autoridad, pues ya afecta a comunidades fuera de los planteles. Es sabido que el narco ha penetrado los distintos sectores de la comunidad universitaria, no sólo en el porrismo sino hasta la academia, los funcionarios, auxilio UNAM y el sindicato, donde ha extendido sus redes de corrupción a través de la compra de conciencias con su poder económico y armado, y ahora se sabe que la autonomía ha permitido que incluso delincuentes comunes como secuestradores, ladrones de ocasión, narcomenudistas, bandas de adictos y violadores, se refugien en la máxima casa de estudios pues saben que ni la policía ni el ejército los puede perseguir hasta las aulas.
El asesinato del narcomenudista Ricardo Eduardo Valderrama en las afueras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM a mediados del presente año es una muestra de que la seguridad en la UNAM ha sido rebasada, por lo que urge no aumentar el presupuesto para alimentar a Auxilio UNAM sino regular la autonomía para permitir la operación de programas como «Operación Mochila», hasta cateos y persecuciones de delincuentes que se refugien en los planteles que hasta ahora quedan impunes al utilizar la autonomía de la UNAM no regulada, como escape. Lo anterior ha trascendido a partir de un estudio de próxima publicación del novelista Mario Ramirez Centeno, egresado de la UNAM, donde desmenuza la realidad de los distintos campus de la Institución y señala aristas como la del narcotráfico en las escuelas. El novelista Mario Ramirez Centeno lleva más de 30 años estudiando al fenómeno cultural y social del narcotráfico en el país y ha publicado novelas exitosas acerca del tema como «El Miniño», del cual plagió Pérez Reverte al personaje de la Reina del Sur, donde presenta el fenómeno del narco junto a otros fenómenos del «México Profundo» como el culto a la Santa Muerte, un retrato de los distintos escenarios del narco entre la contracultura y las tribus juveniles, junto con la realidad mágico religiosa de la ciudad de México. Conocedor de la realidad de la UNAM, es que el novelista exige, como resultado de su estudio, regular la autonomía, pues la impunidad campea entre sus aulas.