Carta de ciudadanos colombianos a Gaviria

Señores

Directivos y Adscritos

Sindicalistas y Concejales

Congresistas y Alcaldes

Polo Democrático Alternativo

Después de muchos desvelos por cuanto pasa entre nosotros como sociedad democrática, que a lo largo de muchos años ha buscado pacíficamente soluciones electorales a sus incontables problemas, talvez como última esperanza, en medio de tan prolongadas resistencias a perecer entre los acosos económicos como el alto costo de los alimentos -para mencionar nada más este punto de vital importancia- que suben sin consideración alguna, siendo un país productor de materias en todos los órdenes, y donde a sus trabajadores no se les da ni siquiera parte de tan altos dividendos que devengan los propietarios de las haciendas lecheras y de carne por ejemplo, para no mencionar el café y todos los demás productos, y mucho menos traer a colación los cientos de miles de familias que los bancos han dejado sin “casa propia” a lo largo y ancho del territorio nacional, ni la gran cantidad de edificaciones que –paradójicamente- se pierden en el abandono total, ante la mirada indiferente de sus gobernantes y la ignorancia de las mayorías, siendo de destacarse de paso que no se trata de construcciones baratas -“soluciones de vivienda” por ejemplo- que se hacen a diario, sino de verdaderas edificaciones.

Bien, a todo este nada alentador panorama, se suman otros ejemplos de la desconsideración y la barbarie, como son los trabajos de recuperación de vías a altas horas de la noche y la madrugada en la capital del país, por los lados de este sector tan conocido entre los barrios La Soledad , La Magdalena y Santa Teresita, haciendo funcionar maquinaria pesada de ruidos inigualables –excepto por las explosiones de bombas- a altas horas de la noche y la madrugada, cuyas vibraciones penetran hasta las camas de las personas mayores que habitan este sector -ya muy denunciado por los ediles en el Concejo Municipal del Distrito-, para darle prioridad al tráfico automotor que no circula a estas horas, para no incomodar a sus conductores entre la contaminación que producen con la gasolina –una de las más contaminantes del mundo-, quienes merecen además una glosa marginal por la manera bárbara como muchos –incluso personalidades- llevan sus vehículos atropellando peatones ´se recalca- sobre las conocidas “cebras” o con sus luces altas durante las noches -sin contar los que han adaptado exploradoras- con los efectos nocivos consecuentes en la salud humana. Siendo de destacar además cuanto acotan los especialistas en neuronas y el sistema nervioso al demostrar su alta efectividad en su destrucción en pocos meses en operarios y quienes les circunden, pese a que se trata de gente joven por lo general; ocasionándose de esta manera una gran desilusión a todos aquellos que han votado esperanzados por esta, la más reciente organización alternativa de democracia: el Polo.

Si señores, por ahora sólo baste con nombrar estas observaciones en manos de quienes han sido elegidos por un pueblo, cuyos rostros reflejan la desnutrición, la miseria en muchos órdenes, la ignorancia, la falta de una educación adecuada que vaya más allá del simple conseguir billetes para poder sobrevivir -o para acumular con codicia ante los ejemplos que reiteradamente da la historia- y de advertir al representante de tan altruista movimiento –el doctor Gaviria y su séquito que incluye al alcalde Moreno- que, como  críticos que son de toda dictadura, debían comenzar por tratar asuntos tan elementales -base de la vida- como estos. Cordialmente,

La ciudadanía, los campesinos desplazados y los excluídos del statu quo por la tradicional maquinaria despótica de la rentabilidad educativa, cultural y los demás órdenes que se ha “acostumbrado” en nuestro país, conformada ésta por cínicos “divinos” discursos redentoristas.

Bogotá Distrito Capital

Constitución Política de 1991

República de Colombia

Suramérica

Julio de 2009

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